La erosión dental se ha convertido en la plaga odontológica del siglo XXI, una afección poco conocida entre la población y que empieza a afectar a adolescentes y jóvenes por su alto consumo de bebidas ácidas y carbonatadas como refrescos o gin tonics.

"Cada vez vemos cómo la gente se destroza más la boca con la dieta, especialmente los jóvenes", explica Agustín Pascual, director del máster en Odontología Estética Adhesiva y Mínimamente Invasiva de la Universidad de Valencia.

Pascual ha estudiado la incidencia del "botellón" en la salud bucodental de los jóvenes para evaluar cómo afecta el alto consumo de alcohol en los dientes, analizando especialmente la acidez y el pH de determinadas bebidas.

Una bebida como el gin tonic, señala, tiene un pH de algo más de dos puntos, mientras que los valores normales deben encontrarse entre 5,6 y 7,6. Por debajo de 4,5 puntos la superficie dental empieza a desmineralizarse.

Sobre esta cuestión coincide Rosario Garcillán Izquierdo, vocal de Prevención de la Comisión Científica del COEM (Colegio de Odontólogos Estomatólogo de la Región), que incide en que este tipo de bebidas hace disminuir el pH de la saliva.

El pH cumple una función muy importante y mantiene los elementos defensivos de la cavidad bucal, como proteger la integridad de la mucosa, arrastrar restos alimenticios y bacterias, neutralizar los ácidos y remineralizar las lesiones dentarias y posee, además, propiedades antibacterianas.

Según Garcillán, por debajo de 4,5, la superficie dental empieza a desmineralizarse y la patología consecuente puede evolucionar hacia la caries o la erosión.

"Además, esta erosión es muy peculiar, porque si nos cepillamos los dientes justo después intentando protegerlos es peor", advierte Pascual, quien aconseja neutralizar la acidez con agua o leche y esperar una hora antes de cepillarse para dar opción a que haya una cierta remineralización. Si no, añadimos a la acción de disolución la acción traumática del cepillo, que actúa sobre un esmalte ya debilitado y acelera el desgaste.

Para evitar esta erosión, además de limitar el consumo de estas bebidas, Garcillán aconseja el uso de una pasta dental que contenga flúor y de un colutorio aconsejado por el odontólogo. En odontología ha surgido una corriente que tiende hacia intervenciones "mínimamente invasivas" que, previa detección precoz, permite diagnosticar lesiones pequeñas.

las claves

La alta acidez de algunas bebidas desmineraliza la superficie de los dientes. Cepillarse justo después de consumirlas puede empeorar la situación, porque no hay tiempo a que se remineralicen.

Una pasta dental que contenga flúor y un colutorio recomendado por el odontólogo puede contribuir a prevenir este problema.