Un espectáculo que combina tradición, leyenda y una puesta en escena que a más de uno sorprende y en el que participan más de 150 personas. Esta vez, como otras muchas, colaboraron en la puesta en escena las bandas de cornetas y tambores, grupos de motoristas y grupos de baile, entre otros. Son Las Burras de Güímar, una especie de aquelarre en el que la imaginación y el misterio generan un "carnaval alternativo". Es el acto principal de la fiesta güimarera.

Este año la gran novedad fue el cambio de fecha, pasando del viernes al sábado. Un acierto, para Verónica Jorge, la concejal de Fiestas y Juventud, porque permitió "una única jornada de Carnaval logrando una mayor asistencia de público".

Las Burras pretendió ser el relanzamiento del entierro de la sardina, pero allá por 1992, cuando se puso en marcha. Pero la juventud del momento le fue dando su sello personal y crearon lo que hoy es ya una tradición y una cita obligada.

Pero Güímar tiene un carnaval más amplio, aunque de un único día. Actuaciones musicales, la presencia de reinas infantil y de la tercera edad de Santa Cruz, la nota crítica y el humor a cargo de las murgas Los Bambones y Diablos Locos y los más pequeños fueron los protagonistas de la fiesta con el concurso de disfraces, en el que un jurado fue el encargado de elegir a los más originales. El cierre estuvo a cargo de un baile de máscaras y el concurso de disfraces.