Dolido y muy responsabilizado. Así se mostraba ayer el concejal de Obras y Servicios Públicos, Dámaso Arteaga, al ser cuestionado sobre el nuevo acto vandálico acaecido los últimos días en el interior del parque García Sanabria: las pintadas, alguna soeces e irrespetuosas, sobre dos de las esculturas alegóricas de las cuatro estaciones, ubicadas en el Paseo de las Pérgolas.

"Es un hecho indignante que descalifica por sí solo a su autor o autores", indicó Arteaga, quien señaló: "Ahora será el momento de valorar los daños, pero seguro que supondrán un desembolso importante de dinero de todos".

Hay que recordar que el último acto vandálico importante en el recinto, ocurrido en enero de 2014 y que supuso el deterioro de tres esculturas, originó una inversión desde las arcas municipales de 10.000 euros.

Para Arteaga "duele más el hecho de que estas esculturas sean parte de una reciente restauración, tras un acuerdo entre departamentos y administraciones, del patrimonio de todos. Algún desaprensivo ha pintarrajeado de forma brutal parte de ese patrimonio cultural y no ha sabido ni querido valorarlo como se merece para desgracia de la ciudad y, por ende, de sus vecinos".

Arteaga aprovechó para reabrir el debate sobre la necesidad de instalar cámaras en el interior del parque García Sanabria: "Clama al cielo que no nos dejen (en relación a la administración estatal, que ha denegado en varias ocasiones la solicitud) proteger a las personas y los bienes en determinadas zonas del parque. No entendemos las razones para que no podamos hacerlo, ni antes ni ahora".

Cuatro figuras escultóricas representan en el García Sanabria las estaciones, tal y como indican los atributos simbólicos que identifican a cada una de ellas. Están ubicadas en un lindo paseo, entre buganvillas, adelfas y rosales trepadores... Y las pérgolas que le dan nombre. Subiendo desde la fuente central están afectadas las dos esculturas de la derecha, sobre todo la de más arriba, objeto de varias pintadas. Por contra, las dos figuras del lado izquierdo en sentido ascendente están intactas.

También hay diferencias entre las dos obras atacadas: en la más cercana a La Fecundidad de Borges Salas, la imagen central del parque, la que representa al otoño, solo aparece como elemento "agresor" el color verde en parte del racimo de uvas, como si el agresor hubiera huido a toda prisa.

El autor sí tuvo tiempo de cebarse con la escultura del invierno, sobre todo de medio cuerpo hacia arriba. Lamentable.