El entrenador del Espanyol, Sergio González, autocrítico, no ha escondido su decepción por no haber podido eliminar al Ahtletic Club en el Power8 Stadium (0-2) tras el empate a uno de San Mamés, y ha asegurado que "toda la magia de la Copa se ha quedado en agua de borrajas".

El técnico ha confesado que el choque "no ha sido del nivel al que ha estado el equipo", que hoy tuvo un mal día. "Me sabe mal, primero, por los jugadores. No nos merecíamos este final. En 42 minutos (con el 0-2) parecía que ya estabas más fuera que dentro de la competición. Me quedo con lo bonito de estos días, pero te queda mal sabor de boca", ha dicho.

Sergio González ha reconocido que el equipo pensaba que el marcador de la ida "era más ventajoso de lo que realmente era" a priori. "Hoy no va a haber argumento posible para consolarnos, porque era una oportunidad bonita, aunque quiero dar las gracias a todos los jugadores por el esfuerzo", ha apostillado.

El preparador catalán, que ha agradecido el esfuerzo de la afición, ha explicado que el bloque no ha encontrado su mejor versión en los primeros compases: "Nos ha costado entrar y meternos en el partido. Han sido mejores que nosotros en la primera parte".

En la segunda, la consigna de Sergio González al descanso era clara. "Debíamos tirar de orgullo y casta y al final se han ido con la cabeza alta para casa. El tiempo cura las heridas y hay que pasar página. Para muchos jugadores era el partido más importante de su carrera y quizá ha podido pasar factura", ha aseverado.

"Estamos muy orgullosos de la afición, nos ha faltado corresponderles en el campo. Al final del partido queríamos mirar a nuestros seguidores a la cara y decirles que lo sentíamos", ha confesado.