Un día se encontraba don Alonso Tabares en la peluquería La Higiénica, que siendo coherente con este nombre pasaba las inspecciones de Sanidad con la nota de "cum laude", siendo su propietario Juancito y en la que trabajaba Pepe, que con su mujer, que era costurera. Formaban parte del Coro Mixto del laureado Orfeón La Paz, de mi ciudad de Aguere, y Pepe compaginaba su trabajo de "arrancapelos" con el de intérprete, pues a don Alonso Tabares cuando hablaba era imposible entenderlo y Pepe, que lo tuvo de cliente durante varias décadas, iba traduciendo a los clientes que se encontraban en la peluquería lo que don Alonso les decía, pues era el único que lo entendía.

Un día de mucha lluvia llegó don Alonso calado hasta los huesos y le pregunta uno de los tertulianos: "Qué, don Alonso, ¿se le mojó su huerta"?, contestándole el "coñón" de don Alonso: "No, porque antes de empezar a llover le puse un impermeable".

Un día le preguntaron a mi abuelo Juan Batista Oliva: "Oiga, don Juan, ¿es verdad que una vez de la borrachera que se cogió lo tuvieron que llevar a su casa entre cuatro"?, contestando mi pariente: "Eso es falso de toda falsedad; no fueron cuatro, sino cinco". En cierta ocasión le preguntan a mi progenitor: "¿Oye, Juan, cuando te mueras tú quieres que te entierren o que te incineren? Y el cachondo de mi "viejo" contesta: "¿Sabe lo que digo? Sorpréndanme".

El otro día en la tasca lagunera de Casa Micaela tuvo lugar una charla-exhibición sobre el hablar al revés, es decir, al "vesrre", un atípico lenguaje que inventaron al mismo tiempo argentinos y laguneros, siendo el mejor exponente local el barbero Ñarifa, que al revés (o vesrre) sería Fariña. Hay una anécdota que tuvo lugar en la entrada de la Funeraria Mederos, en la que se encontraban en dicha puerta unos laguneros y ven cómo por la misma acera se acercaba un "mago", portador de unos bien poblados bigotes, y cuando el "goma" (mago) se encontraba ya muy próximo a ellos dice uno: "Jáfite (Fí-ja-te) en los tesgobi (bi-go-tes) del goma (ma-go)", parándose en seco el "belillo" (llo-li-be) y les dice: "¿Qué pasa con los bigotes del mago?" Está claro que el "vacilonista" nunca llegó a pensar que el mago entendiese el idioma de hablar al revés, pues el jodido lo dominaba.

Decía el famoso Nijota que si en la Punta del Hidalgo no hay relojes no será por falta de punteros.

Perla: el "mago" hizo un gesto y desapareció el hombre; hizo otro gesto y desaparecieron la guerra y la injusticia. El político hizo un gesto y desapareció el "mago".

Hasta la próxima, no me fallen y el humor ha venido para quedarse.

*Pensionista de larga duración