El observatorio espacial SMAP, lanzado el pasado enero por la NASA para elaborar mapas sobre la humedad del suelo, ha completado con éxito las primeras pruebas de sus instrumentos científicos. Concretamente, se ha constatado el funcionamiento de los instrumentos de radar y del radiómetros.

Además, esta primera ''misión'' de los aparatos de SMAP han dado lugar a su primer mapa. Al tratarse de un ejercicio de prueba, la nave se ha estrenado midiendo una porción del suelo terrestre de 40 kilómetros de ancho. Cuando esté en completo funcionamiento, su antena medirá alrededor de 1.000 kilómetros.

Según ha explicado la agencia espacial estadounidense, las pruebas realizadas a los instrumentos de SMAP son un paso clave en la preparación del aparato para el momento en que su antena de 6 metros (desplegada el pasado 25 de febrero), comience a girar a, aproximadamente, 15 revoluciones por minuto a finales de marzo.

La activación de esta antena se llevará a cabo tras las pruebas y maniobras adicionales para ajustar el observatorio a su órbita científica definitiva. Este ajuste se producirá en las próximas semanas.

Entonces, el observatorio espacial volará a 685 kilómetros por encima de la Tierra, lo que le permitirá mapear todo el mundo con datos de radar de alta resolución cada dos o tres días, llenando todos los detalles de la superficie de la tierra que no están disponibles en esta primera imagen obtenida.

PRIMEROS RESULTADOS

La NASA ha indicado que los datos de radar ilustrados en este primer mapa muestran un claro contraste entre las superficies terrestres y oceánicas. Los bosques del Amazonas y del Congo en América del Sur y África, son los que han provocado un mayor eco de radar, debido a su gran cantidad de biomasa y agua. Sin embargo, los ecos de radar de áreas sin vegetación y baja humedad del suelo, tales como el desierto del Sahara, son muy débiles.

Como era de esperar para los expertos estadounidenses, la zona de nieve seca en el centro de Groenlandia, donde no se derrite durante todo el año, es donde se producen los ecos de radar más débiles de todo el planeta. Los científicos han indicado que estas pruebas confirman que el radiómetro de SMAP está funcionando bien.

SMAP fue lanzado el pasado 31 de enero y se espera que lleve a cabo su actividad durante los próximos tres años, como mínimo. Además de mapear la humedad del suelo y detectar si éstos están congelados o descongelados, también tiene la misión de ayudar a los científicos a entender los vínculos del agua, la energía y los ciclos de carbono en la Tierra; ayudar a reducir la incertidumbre en la predicción del tiempo y el clima; y mejorar la capacidad de monitorear y predecir los desastres naturales, como inundaciones y sequías.