El Sistema Integral de Calidad Turística en Destino (Sicted) se ha convertido en un instrumento clave para apostar por la sostenibilidad y crear economía vinculada a la excelencia. De forma paralela ya percibimos los beneficios que para La Gomera ha traído consigo la aplicación de la Carta Europea de Turismo Sostenible, en cuanto promueve un desarrollo de esta actividad acorde al medio ambiente. Un compromiso voluntario con la naturaleza asumido por La Gomera. Pues bien, a la misma altura situamos el Plan Estratégico y de Acción de la Reserva Mundial de la Biosfera. Elementos todos ellos que consideramos excepcionales para fortalecer la economía insular y avanzar en la competitividad.

Precisamente, en la semana que ahora acaba hemos constituido el Consejo de Participación, después de haber hecho lo propio con el Rector, de capacidad de decisión, y el Científico, integrado por personalidades de las ciencias y la cultura. El Consejo de Participación lo conforman las asociaciones de agricultores, ganaderos, de ocio y deporte, ambientales y ecologistas o las dedicadas al turismo rural. Y también las cofradías de pescadores, de las comunidades de regantes, de los artesanos, de organizaciones empresariales, grupos de voluntariado, colectivos educativos y vecinales.

Como ven, está integrado por el tejido social de La Gomera y, por lo tanto, le otorgamos desde el Cabildo una especial atención. Porque cuando ellos nos asesoren estará hablando el pueblo y, por lo tanto, los que en primera instancia se verán beneficiados o perjudicados por nuestras decisiones. La voz directa de los ciudadanos tiene un valor y un peso especial en la gestión de la Reserva de la Biosfera. De hecho, la Unesco durante los últimos tiempos remarca y valora de forma significativa todo lo referente a la participación ciudadana. Y no podemos sino estar de acuerdo; involucrar a los ciudadanos en la gestión de este título es un aspecto fundamental para garantizar su éxito.

La entidad está formada, en principio, por catorce miembros, pero ya en la primera reunión se ha hecho una apuesta por aumentar su composición a colectivos de desarrollo rural, educativos, transportes o dar más cabida al sector turístico, que vive un momento clave en la Isla. El Consejo surge del recorrido que hicimos durante los meses de octubre y noviembre por La Gomera explicando a los vecinos lo que era, significaba y traía consigo la declaración de la Isla como Reserva Mundial de la Biosfera.

En ese momento contactamos con colectivos que se mostraron especialmente sensibles hacia esta figura de protección y estaban interesados en hacer aportaciones a su desarrollo. Desde un principio fuimos conscientes de que teníamos que oír la voz de La Gomera lo más cercana y clara posible. Y creo que acertamos con la elección. Ahora estamos barajando la idea de utilizar las nuevas tecnologías, y sus posibilidades casi infinitas, para que los ciudadanos se involucren aún más en estas tareas.

Una vez que el Consejo de Participación ya está en marcha, se puede decir que hemos completado la estructura de la Reserva y, por lo tanto, puede comenzar a andar a pleno rendimiento. Dentro de ocho años la Unesco nos someterá a una dura evaluación para determinar si hemos cumplido la tarea. De transcurrir todo como hasta ahora, no tendremos problema alguno en conseguir un aprobado, incluso con nota. Lo cual no significa que ya nos podemos dormir en la autocomplacencia. Por el contrario, nuestra obligación es tomarnos el trabajo en el futuro, al menos, con la misma seriedad, rigor y cariño que hasta ahora.