La vida, desde los ojos de quien la vive, es una experiencia única y radical. Mientras avanzamos por ella aprendemos a abrazar con gusto y amor muchas de sus partes, momento a momento. Incluso pudiera parecer una injusticia el no sentirnos capaces de llenarla de mayor y mayor cantidad de esos buenos momentos. Todos

queremos lo mejor para nosotros mismos y para quienes tenemos a nuestro lado; todos queremos ser felices y sentirnos bien, y nadie desea sufrir; todos aspiramos a alcanzar nuestras metas, todos queremos tener nuestra vida y entorno bajo control. También el dinero, las relacionesy hasta nuestras emociones, sentimientos, pensamientos. En definitiva, ¿quién no se encuentra ya en el camino de la búsqueda imperturbable de la felicidad, o la búsqueda de la felicidad imperturbable? Tenemos fe, creemos en un futuro remanso de paz, en una sonrisa sin final, en una solución para cada problema, en un alivio para cada mal. Y, sobre todo, en un alivio con prontitud. Lo queremos todo ya.
¿Podríamos hacer de nuestra vida todo aquello que deseamos? Parece complejo, pero también es llamativo, motivador, alentador. Sí, podría parecer un buen proyecto de vida aprender a diferenciar entre qué escogemos y qué rechazamos para, finalmente, lograr lo deseado. Y así, comúnmente, vamos por nuestro camino, no mirando donde no creemos que haya luz, evitando aspectos que no queremos para nuestra vida, y, por otro lado, sin quitar la mirada, ni un segundo, de todo destello deslumbrante: de alegría, felicidad y euforia. Pero no solemos mirar lo que depende y lo que no depende de nosotros.

Las señales del camino
¿Podríamos, acaso, seguir un camino adecuado sin estar atentos a todas las señales de nuestro camino, provengan de dónde provengan? Tendemos a rechazar y, por ende, dejar de conocer lo que no nos gusta. Lo propio y lo ajeno. A no dar lo mejor ante lo que no creemos merecedor de nuestro esfuerzo; a no mirar hacia nuestro dolor con compasión, sino hacia quien creemos que nos lo genera con odio, miedo, rabia. Y así nos va a veces. Pero, ¿nos paramos a dar lo mejor de nosotros en las distintas circunstancias, sean cuales sean?, ¿podríamos sacar lo mejor de nosotros y nuestra situación si no la abrazamos ni comprendemos de lleno, incluyendo el dolor que pueda albergar? Puede que la felicidad no sea una utopía, pero ¿es posible, o deseable, una vida sin un momento de dolor, incomodidad o miedo?
Otra forma posible de entender la felicidad y el sufrimiento es que ambas son las dos caras de la misma moneda: sentimos el dolor que surge por la pérdida de lo amado, o el propio miedo a perderlo, precisamente porque deseamos con demasiada fuerza mantenerlo. Es una garrafal incomprensión de nuestro amor y felicidad, y de nuestro miedo y sufrimiento. Y como nos relacionemos con ellos posteriormente es lo que puede hacernos sentir que nos estamos volviendo locos, que algo no anda bien. O nos inunda la infelicidad.
Sin entrar aquí a discutir razones de base, los modelos clásicos imperantes de comprensión de la humanidad y sus particularidades nos enfocan en ocasiones, si no se hace un análisis riguroso, hacia un camino de lucha con nosotros mismos y nuestras circunstancias. Donde la energía que bien podría ayudarnos a salir adelante queda orientada a hacer frente a los efectos secundarios o derivados de la forma de comprensión del problema, generando un círculo vicioso de sufrimiento e infelicidad difícilmente sorteable.
Sin embargo, a la hora de acercarnos a un especialista de esta nueva corriente nuestra experiencia será la de una aproximación terapéutica centrada en la aceptación y el manejo adecuado del sufrimiento propio, del malestar, las dificultades y el dolor del que no podemos deshacernos. Entendemos que es normal sentirse mal en determinadas circunstancias y que el arte de la recuperación estriba en el empoderamiento personal ante la vida, y no en dejarse llevar por un proceso protocolizado de intervención donde nuestro papel es casi de mero observador.

Las terapias de Tercera Generación
En los últimos veinte años, la Psicología Contextual, amparándose en rigurosas investigaciones científicas, ha dado pasos de gigante, mejorando radicalmente las concepciones imperantes sobre el ser humano, la sociedad, el amor, la felicidad, el sufrimiento o la enfermedad mental, desarrollando modelos y técnicas de intervención basados en la evidencia, que dejan atrás enormes dificultades técnicas en el territorio del análisis de la conducta humana. Esta rama de la ciencia, actualmente en auge, se ha extendido por todo el planeta y es desarrollada por investigadores y profesionales de gran prestigio a nivel mundial.
Las conocidas como Terapias de Tercera Generación o Terapias Contextuales están demostrando su aplicabilidad en multitud de campos de intervención, implementando y mejorando cualquier actividad relacionada con la interacción entre personas, tanto en entornos clínicos y sanitarios, como en entornos educativos, sociales y comunitarios. A su vez, enriquecen de forma asombrosa la labor profesional, y la experiencia personal de todo aquel que se aproxima a su conocimiento y aplicación práctica, independientemente del enfoque previo que se elija.
Este modelo, que experimenta un crecimiento exponencial tanto en su desarrollo como en su divulgación, se acerca a todos nosotros en una oportunidad única para los profesionales de las Islas. Estamos hablando de una posibilidad de actualizar de forma sustancial los conocimientos y habilidades a través del Primer Simposium de Terapias Contextuales, que va a tener lugar los próximos 21 y 22 de abril, organizado por la Asociación Contextual Canarias, con la colaboración del Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife, la Universidad de La Laguna, Simpromi y otras organizaciones e instituciones.
En este evento del más alto nivel científico participarán los principales investigadores y autores representantes del modelo a nivel nacional e internacional, haciendo accesible a los participantes la comprensión de los principales enfoques que se encuentran adscritos a las Terapias de Tercera Generación, y los medios adecuados y validados para su puesta en práctica. Contaremos con la presencia del Dr. Kelly G. Wilson, profesor de la Universidad de Mississippi, coautor de los modelos teóricos de base, terapeuta y divulgador de reconocido prestigio internacional, y otros ponentes de la talla de la doctora Mª Carmen Luciano y del doctor Marino Pérez Álvarez, autores de innumerables libros y artículos científicos sobre la evolución del modelo, principales referencias nacionales de esta “nueva psicología”. Además, participaránotros autores y grandes especialistas, que harán de este evento, en su conjunto, una exquisitez única y altamente recomendable. Entre todos podemos hacer de Canarias un contexto de desarrollo sostenible y saludable.