"Mami, este es el mejor regalo de cumpleaños". Esa fue la frase que unas de las pequeñas inquilinas del edificio le dijo a su madre cuando le cedieron las llaves de su nueva y flamante casa, ubicada en el número 7 de la calle de La Coruja en Añaza. "Se me saltaron las lágrimas al oírla", recuerda Itahisa González, vecina del portal 6 y madre de la niña.

No es de extrañar la alegría que cada uno de los inquilinos del bloque de viviendas sintió en el momento de la entrega de llaves. Las condiciones en las que vivían anteriormente no eran las más adecuadas, como cuentan. Humedades, en la mayoría de casos, que hacían que sus hijos enfermaran gravemente.

Natalia Marrero explica cómo su vida dio un vuelco: "Yo vivía con mis padres en un cuarto minúsculo donde dormíamos mi pequeño y yo" recuerda. Más tarde se quedó embarazada de su segundo hijo. Con tres meses, el niño no paraba de enfermar por padecer una alergia elevada. "Necesitaba meterme en estas casas", comenta. Todas las inquilinas cuentan cómo sufrieron presión a la hora de adquirir las viviendas. Es por ello que la mayoría se vieron obligadas a firmar un contrato para renunciar a aparecer en las listas públicas de sorteo de casas.

Las vecinas explicaron ayer como no se ha parado el proceso judicial de desahucio. Eso fue lo que le dijeron a María Pérez cuando acudió a su cita en el Juzgado. "Nadie se ha dignado a decirnos por escrito que no va a pasar nada" comentó indignada la vecina. En el IMAS, sin embargo, les comunicaron más tarde que era un trámite largo, pero que nadie iba a ser desahuciado.

Aún así, quedan preguntas en el aire. ¿Qué pasará cuando se acabe su contrato de arrendamiento? El documento que firmaron las familias les ofrece una casa por tres años. Una vez pasado ese periodo de tiempo nadie tiene muy claro qué va a pasar. "Nos quedaremos en la calle", temen. Enfados, se quejaron de no haber aparecido en la lista del sorteo público de viviendas del pasado jueves.

Dioni y Juan José

Vecinos del 1d

"Somos los vecinos que más hijos tenemos"

Dioni y Juan José tienen cuatro niños. Cuando su hijo mediano tenía 13 años tuvieron que trasladarse. El chico sufría continuas enfermedades por las humedades de la casa. Ahora admiten estar "bien", pero tampoco saben cómo va a acabar esta situación.

Yaiza González

vecina del 3D

"Entrar en esta casa fue como ganar la lotería"

Yaiza vivía con sus dos hijos en una casa que pertenecía a sus abuelos. Su tía la fue echando gradualmente hasta que un día decidió recurrir a la asistenta social. Al no ver atisbo de respuesta en ella, se dirigió al IMAS. Allí le ofrecieron entrar en esta vivienda.

Yurena Rodríguez

Vecina del 3C

"No tenemos plan; yo me veo en la calle"

Lleva un mes en paro, trabajando de forma intermitente aquí y allí. Tiene un niño de 5 años del que se hace cargo sola. Vivió en El Tablero hasta que se separó. Entonces no se pudo hacer cargo de los gastos y "no le quedó otra opción" que entrar a vivir en Añaza.