El modelo por el que quiere apostar el Ayuntamiento de Arona se basa en la economía circular, que pretende aportar valor a los residuos y considerarlos como recursos, reinsertándolos en el sistema productivo como materias primas secundarias, mejorando la competitividad de las empresas, no trayendo materias primas de fuera, lo cual supone un gran beneficio para el medio ambiente y a su vez una crea una relación directa entre la reutilización y el reciclaje y la creación de puestos de trabajo. De esta forma, si diez mil toneladas al año de residuos se derivan a un vertedero, éstos generan 10 puestos de trabajo, si se queman en una incineradora, entre 20 y 40 y si se reciclan son 250 trabajadores los que se estarían generando.

Esto implica realizar la planificación impulsando un modelo que apueste por la parte alta de la jerarquía en gestión de residuos: Prevención, Preparación para la reutilización y Reciclaje, alejándonos de modelos industriales con la construcción de gran cantidad de infraestructuras carísimas, sobredimensionadas e innecesaria que anclan la gestión en la parte baja: incineración y eliminación por vertido.

Una vez aportados los recursos tecnológicos y humanos necesarios y establecidas unas herramientas administrativas dinámicas y potentes, tal como ha hecho en estos últimos cuatro años el Ayuntamiento de Arona, el futuro debe ir dirigido a la Prevención como estrategia prioritaria, ya que el residuo que mejor se gestiona es el que no se genera, y a la comunicación y sensibilización como herramientas imprescindibles. "Tenemos que orientar a los ciudadanos, para que modifiquen sus hábitos, y así se consiga una mejora del bienestar ambiental y social colectivo, sobre prevenir los residuos, separarlos y gestionarlos correctamente", declara Antonio Sosa.

En cuanto a la separación de residuos, uno de los retos será la recogida separada de la materia orgánica que supone más del 35% de los residuos que generamos, para su posterior transformación en compost, algo que supondría la generación de puestos de trabajo, evitando importar este producto. El aporte de compost supone un enriquecimiento de los suelos de cultivo frente al uso de fertilizantes químicos con un ahorro de hasta un 30% en consumo de agua para riego.