Canarias es la comunidad autónoma española que cuenta con la tasa global de mortalidad más baja en enfermedades cardiovasculares, que se sitúa en torno al 28 por ciento.

Así lo ha dado a conocer hoy el presidente de la Sociedad Canaria de Cardiología, el doctor Antonio Barragán, durante la inauguración del XXVIII Congreso de la Sociedad Canaria de Cardiología, que ha traído a Gran Canaria a más de 600 especialistas de todo el país.

En los últimos cinco años han descendido las enfermedades de corazón en Canarias y esta tendencia ha hecho que "tenga la tasa de mortalidad más baja de España" en patologías cardiovasculares, según los datos recabados por el Instituto Nacional de Estadísticas, que han sido hechos públicos por la sociedad nacional de Cardiología.

La difusión y las campañas de prevención y divulgación en las islas han podido contribuir a este descenso de mortalidad, ha justificado Barragán, quien ha añadido que si bien ha bajado el número de fallecidos, el "infarto de miocardio sigue siendo un problema" por su incidencia, a lo que hay que sumar que Canarias tiene una población muy dispersa y una "geografía muy fragmentada".

En el infarto de miocardio es clave actuar en las primeras horas desde que comienzan los síntomas, porque cuanto "antes se trate el infarto menores son sus secuelas y mejor es el pronóstico del paciente".

El inconveniente de Canarias es que la geografía está muy fragmentada, algo que complica el traslado de los pacientes, por lo que a su juicio es necesario implementar algún mecanismo para que el traslado se haga lo más rápido posible.

"Si se controlan los factores de riesgos se puede disminuir hasta en un 80 por ciento la mortalidad por enfermedades cardiovasculares", ha adelantado Barragán, quien ha recordado que los principales factores de riesgos son la tensión arterial, el colesterol, el sedentarismo, la obesidad -"es de primer orden"-, el tabaco y la diabetes.

En el caso de la diabetes, el presidente de la Sociedad Canaria de Cardiología ha explicado que las islas tienen "la tasa más alta" de diabéticos de toda España, con un 13 por ciento.

Además, ha puntualizado que es una patología que incide bastante en las enfermedades cardiovasculares, puesto que un 80 por ciento de los diabéticos van a padecer a lo largo de su vida alguna enfermedad de corazón, porque el azúcar incide, sobre todo, en las arterias.

Para disminuir la mortalidad es necesario no sólo reducir los factores de riesgos, sino también desde las instituciones, los medios de comunicación y las consultas médicas, contribuir mediante la concienciación a la prevención de las enfermedades cardiovasculares.

Se debe invertir sobre todo en prevención porque, ha subrayado Barragán, "lo más barato también en época de crisis es prevenir", que el paciente no desarrolle la enfermedad para luego tratarla, sino detectar la enfermedad antes de que aparezca.

España tiene una tasa de mortalidad alta en accidentes de tráfico, pero no es comparable con la de las enfermedades cardiovasculares, ya que fallecen cien veces más pacientes con esta patología que en una carretera y, sin embargo, en las campañas de prevención de los accidentes de tráfico se invierte mucho dinero.

En la prevención cardiovascular no se ha hecho "tanto hincapié y ese es un tema en que habría que hacer una reflexión", ha concluido el cardiólogo.