"Margarita Rivière era una periodista incansable que trabajó hasta el último momento". Así es como la han definido algunas de las personalidades del mundo de la cultura que han pasado a lo largo del día de hoy por su capilla ardiente, instalada en el tanatorio de Les Corts de Barcelona.

En el mismo lugar, el mundo de la cultura despedirá mañana a la periodista, fallecida ayer a los 70 años, en una ceremonia "positiva" en la que, por expreso deseo de Rivière, sonará la música de los Beatles.

El cuarteto de Liverpool formó parte, como recordaba hoy su marido, el también periodista y crítico de cine Jorge de Cominges, de la banda sonora de su juventud, cuando inició su trayectoria profesional como corresponsal en España de la revista francesa Marie Claire (1965-68).

Su colaboración con Marie Claire fue el preludio de una carrera periodística que la llevó desde 1971 a 1974 a trabajar como redactora de la revista de monografías económicas Dossier Mundo, en la que también fue redactora jefe.

Luego se incorporó a la redacción del Diario de Barcelona en 1974, primero en la sección local y con posterioridad como directora del dominical; o a trabajar desde 1978 como redactora en el recién creado El Periódico de Catalunya.

En 1988, se incorporó como delegada de la Agencia Efe en Cataluña, donde impulsó el servicio de noticias en catalán, medio en el que estuvo hasta mediados de 1991, a las puertas de los Juegos Olímpicos.

Los periodistas Milagros Pérez Oliva y Xavier Vidal Folch han sido algunos de los visitantes que han expresado sus condolencias a su marido y sus dos hijos, Hugo y Clara, en el tanatorio de Les Corts, adonde también ha llegado el escritor, editor y académico Pere Gimferrer, vinculado familiarmente con la malograda periodista.

Todos han recordado la vertiente de Rivière como autora de decenas de libros como "Anticoncepción y control de natalidad" (1976), "La moda, ¿comunicación o incomunicación?" (1977), "Historia de la media" (1983) y "La generación del cambio" (1984).

También "La aventura de envejecer, del mito de la menopausia al deterioro físico" (1987), junto a Santiago Dexeus; "Pasqual Maragall: un rebelde en el poder" (1991), con Xavier Febrés; "Cómo ser progre y de derechas" (1993) o "Periodista" (1994).

En las conversaciones con su marido y sus hijos no se ocultaba el alivio que había tenido Rivière al haber podido ver publicada su novela "Clave K", una suerte de testamento periodístico y literario en el que convergen iluminados políticos, codiciosos magnates y ambiciosos periodistas, una obra que estuvo casi 15 años guardada en un cajón sin encontrar editor que se atreviese a publicarla.

En recuerdo a esa vertiente, representantes de editoriales como el grupo Penguin Random House o editorial Icaria, que ha publicado "Clave K", se han despedido esta mañana de Rivière.

El conseller de Cultura, Ferran Mascarell, ha señalado que Rivière ha sido "extraordinariamente importante en la vida periodística" de Cataluña.

Como integrante de "una generación que hizo el tránsito de la dictadura a la democracia", Margarita Rivière tenía, ha añadido Mascarell, "una enorme convicción sobre el papel de la comunicación y una gran vocación sobre lo que representaba para un país la libertad de expresión, y desde todos los medios en los que participó insistió en esa dirección".

Mascarell ha subrayado asimismo su "fuerza como activista, a pesar de que no participó en la vida política" y su posición siempre "crítica con la realidad y con los poderes".