Jorge Dávila, Santa Cruz de Tenerife

Acaba de colocar en el mercado su segundo disco en solitario, una aventura con la que Natalia Jiménez (1981) quiere desligarse de una vez por todas de su pasado con La Quinta Estación. Dice que busca una identidad nueva y que no se arrepiente de su pasado, pero entre sus nuevos objetivos está saldar una deuda artística lo antes posible. "Canarias es mi gran asignatura pendiente", dice una madrileña que ha instalado su residencia en Miami.

¿A pesar de que la industria del disco está en crisis, debutar con estos números es un motivo de alegría?

Todos nos hemos tenido que adaptar a las nuevas condiciones que impone el mercado, pero estar en los primeros puestos en Estados Unidos y número uno en Puerto Rico, México y Colombia es un aval importantísimo para un artista.

Estados Unidos y América Latina sigue siendo un eje crucial en su carrera, ¿no?

Eso funcionó así desde que decidí mudarme a este lado del charco. Esa no es una apuesta nueva, sino que continúo dando mucho valor a la imagen que tienen de mí en Estados Unidos, México y en los países latinos. No es que me haya olvidado de Europa, pero este siempre ha sido mi mercado. El caso de España es una excepción, porque es mi país y allí siempre me siento bien recibida. Mi vida está en Miami y ahora estoy preparando mi papel de "coach" en "La voz kids".

"Coach" y cantante; dos mundos distintos... ¿En cuál sufre más?

Definitivamente, en el de "coach". Sobre todo cuando los ves en una situación de tanta fragilidad por culpa de los nervios y las ganas de querer hacerlo bien. Me rompe el corazón tener que dar mi valoración a un ser tan indefenso. Lo bueno que tiene un programa como "La voz" es que el jurado siempre recomienda que, a pesar del palo que te puedas llevar por un no, que sigan luchando por conseguir su sueño. No es fácil decirle a un niño que no puede volver; que su participación en el "talent show" se ha acabado porque ya está eliminado.

¿Natalia Jiménez hubiera recurrido a un "talent show"?

No lo sé... Para mí es una oportunidad que se adapta mejor al mundo de los niños porque es una ocasión inmejorable para tener un primer contacto con el mundo de la música. Eso sí, hay un problema vinculado con las redes sociales que tiene que ver con ese momento en el que aparecen en el concurso, ya que es un instante que va a quedar grabado ahí para toda la vida: eso te lo puedes tomar como un bonito recuerdo de infancia o sufrir por la presión exterior que significa competir desde una edad tan temprana.

¿Con "Creo en mí", su segundo álbum en solitario, ya se ha desligado de los recuerdos de La Quinta Estación?

La sensación que me queda es que con este disco he hecho algo distinto; que he encontrado un sonido más novedoso que forma parte de mi nueva identidad artística. Los tiempos de creación se alargaron porque no quería mostrar a mi público cualquier cosa, sino asegurarme de que había logrado una buena cohesión entre la parte compositiva y la interpretación de las canciones. Sí. Creo que me he desligado un poco de lo que hacía antes...

¿Salir en solitario era un reto o la consecuencia del final de una etapa?

Yo estaba buscando hacer algo distinto; probar otros registros en los que poder seguir experimentando como cantante. Llevaba tiempo buscando una nueva identidad y sonidos. Es obvio que hay algunas canciones que nos llevan a La Quinta Estación, pero el proceso de tomar distancia con aquella etapa, de la que no me arrepiento, está en marcha.

¿Después de ganar tantos premios es fácil volver a la casilla de salida cada vez que inicia un nuevo proyecto?

Yo me reseteo en cada disco... Sobre todo, porque si pienso que ese premio ya lo tengo la estrategia para volver a luchar por él puede estar condicionada por el hecho de que no necesito esforzarme para volver a ganarlo. Complacer a tus fans y ganar premios gracias a tu esfuerzo son dos facetas tremendamente adictivas.

¿Qué posibilidades hay de verla pronto por Canarias?

Canarias es mi asignatura pendiente como artista. He estado allí en promociones y por placer, pero me he propuesto romper esa norma porque sé que el público canario encaja con el perfil de la gente que me sigue. Las Islas son como la tierra prometida de los artistas latinos y espero cambiar pronto mi relación profesional con el Archipiélago. Cada vez que voy a Venezuela me recuerdan: "Yo tengo familia en Canarias". Me gustaría descubrir mejor esa tierra como artista.