Raúl Agné no ocultó que el empate de ayer en el Miniestadi le supo "a poco" porque el partido fue "un monólogo" del Tenerife en la fase en la que el Barcelona B jugó con un futbolista menos.

El entrenador blanquiazul admitió que el encuentro "no empezó bien", porque su equipo encajó el primer gol demasiado pronto en una jugada en la que ocurrió algo inusual. "Es difícil que le ganen la espalda a Raúl Cámara", señaló Agné. Pero el representativo supo recuperarse de ese mazazo y modificó la tendencia del juego. "Pudimos empatar y quitarle el balón al Barcelona B, y fue una lástima no ganar porque lo intentamos por todos los medios, por dentro y por fuera, con muchas llegadas al área contraria y creando ocasiones más que suficientes para levantar el resultado", manifestó.

En esa línea, siguió contando que el Tenerife "generó mucho" fútbol ofensivo en el Miniestadi, y quiso destacar el trabajo de Suso Santana, que estuvo "sensacional" en los numerosos intentos de romper la defensa azulgrana. "Llegamos y creamos ocasiones, pero no pudimos hacer más, así que lo mejor es valorar el juego", insistió.

En ese sentido, apuntó que "lo más importante" en estos casos son "las sensaciones que está transmitiendo cada jornada" el Tenerife. En el caso concreto de ayer, Raúl opinó que "se vio un muy buen partido de fútbol", principalmente porque los dos conjuntos fueron ofensivos. "Ambos quisimos atacar y la única pena fue no poder ganar fuera de casa".

Aunque la victoria a domicilio se resiste, el Tenerife lleva cuatro salidas consecutivas sin perder y sumó en las siete últimas jornadas, para hacerse con un botín de 13 puntos de 21 posibles. "Los números son buenos", reconoció Agné. "Estamos siguiendo la media inglesa -triunfo en casa y victoria fuera-, así que ahora habrá que hacer bueno este punto ganando a un rival complicado como el Zaragoza, pero seremos locales e intentaremos estar a la altura", declaró.

Por otra parte, explicó el motivo por el que eligió a Cristo Díaz para que formara parte de un "once" que ya contaba con dos mediocentros, Aitor Sanz y Vitolo. "El Barcelona B intenta tener el balón, de manera que quise sumar a la alineación a un centrocampista", dijo antes de agregar que el porcentaje de la posesión de la pelota estuvo "muy igualado".

Después de sustituir a Cristo en el descanso, apuró con los otros dos cambios. ¿Por qué esperó tanto? "Cuando el equipo está bien, no hay que romper su ritmo. Era capaz de generar. Era un monólogo. A última hora intentamos meter balones al área".

Respecto a la ventaja de tener un futbolista más que el rival, recordó que no siempre es fácil sacar partido de estas situaciones. "La realidad es que cuesta bastante atacar a diez tíos, y más teniendo a Adama arriba. Si no lo vigilas, te complica", finalizó Raúl Agné.