El cruce del Molino, en Breña Alta, ya no es tan peligroso. El Cabildo inauguró ayer una nueva ordenación del tráfico para al menos reducir el número de accidentes que se producen en el punto más "negro" de la red insular, por el que cada día discurren 18.000 vehículos.

La institución insular ha optado por la solución más económica, cifrada en 650.000 euros, que pese a su moderado coste reduce considerablemente la peligrosidad. Hubo proyectos en tiempos de bonanza de hasta diez millones de euros para este cruce, con acceso a distinto nivel para ofrecer mayor seguridad (hubiera sido lo ideal), sin que nunca se llegaran a realizar.

Las obras ejecutadas modifican la regulación del tráfico en la raqueta de giro, de tal forma que, como dato más significativo, los vehículos que deben ceder el paso para acceder a los núcleos principales de población de Breña Alta, solo tienen que estar vigilantes de los que circulen en dirección Los Llanos de Aridane-Santa Cruz de La Palma. También se ha alargado el carril de espera, para evitar las eventuales invasiones a la calzada principal en horas punta, y se ha realizado un importante desmonte de la zona para ganar en visibilidad.

Esta nueva regulación no atiende, sin embargo, a los vehículos que bajan desde el molino y quieran incorporarse a la carretera principal en dirección Los Llanos de Aridane. En este caso, deberán acudir hasta el acceso al Lidl y cambiar allí el sentido de la marcha. En todo el conjunto se ha implantado un trazado en forma circular que obliga a los vehículos a circular a la velocidad máxima de 50 kilómetros por hora.

El presidente insular, Anselmo Pestana, se mostró satisfecho del resultado de los trabajos e indicó que la actuación realizada permite un tráfico más fluido, por lo que espera que se disminuyan sensiblemente el índice de peligrosidad en la raqueta de giro. En la misma línea se expresó el consejero de Infraestructura, Jorge González, quien recordó el periplo que ha supuesto la realización de esta obra, advirtiendo de que en el año 2011 "se solicitó colaboración al Gobierno de Canarias para realizar actuaciones de mejora, sin respuesta", por lo que el Cabildo de La Palma la tuvo que llevar a cabo con fondos propios.

Por último, el alcalde de Breña Alta, Blas Bravo, mostró su satisfacción debido el resultado de los trabajos y se mostró confiado en que los cruces del Molino y Breña Alta "dejen de ser nombres asociados a la siniestralidad en las carreteras".