Su ejemplo encaja con esa norma no escrita, pero sí ampliamente comentada que apunta que tres de cada cuatro vecinos de Arafo tienen una conexión con la música. Edehey Sosa toca el bajo eléctrico y el contrabajo desde hace seis años en Los Sabandeños, pero, además, es uno de los profesores que imparten clases en la sede que tiene el legendario grupo musical en el corazón de Aguere. Edehey, Fernando Cruz, Pablo Díaz, Josele Pino, Encarna y Raquel son los responsables de una experiencia de carácter privado que está abierta a todos los públicos.

"Alguna vez sí que nos han preguntado cuándo entrarán en Los Sabandeños, pero la escuela es una actividad que está desligada de la trayectoria del grupo. Evidentemente la marca es un reclamo, pero estar aquí no significa que vayas a acabar en Los Sabandeños", aclara Sosa respecto a las pretensiones con las que vienen algunos alumnos. "Esta era una vieja idea que desarrollaron Benito Cabrera y Elfidio Alonso", retoma el bajista para explicar una iniciativa que intenta adaptarse a las necesidades de cada estudiante. "Lo normal es que la mayoría de las clases se impartan por la tarde, pero hay personas que acuden por la mañana porque les viene mejor".

Bajo eléctrico, flauta, guitarra, piano, percusión, púa, timple, tres cubano... Esos son algunos de los instrumentos que se enseñan en una escuela en la que también hay clases de canto (Encarna) y música y movimiento (Raquel). "La idea era ofrecer algo más que folclore y, por lo tanto, se buscaron otros referentes que estuvieran fuera de Los Sabandeños", puntualiza un profesional que imparte clases de bajo eléctrico en el Conservatorio Superior de Música de Canarias en su sede de Tenerife y que comparte con Josele Pino, Pablo Díaz y Fernando Cruz el día a día del conjunto originario de Sabanda.

Sosa admite que las raíces del centro, cuyos conocimientos no están regulados por ley, están cerca del legado folclórico que se percibe en la casa de Los Sabandeños, pero no son las únicas peticiones de los alumnos. "Vienen con la idea de profundizar en ese género, pero también aprenden un estándar de jazz o una canción de Fito & Fitipaldis. En ese sentido, los profesores no estamos cerrados a dar unos conocimientos en una sola dirección, sino que tenemos en cuenta la opinión de las personas que buscan esta formación. Para entrar en la escuela solo hay que tener ganas; el nivel lo pone cada alumno", afirma un bajista antes de explicar resumidamente cómo se organizan las clases. "Suelen alargarse de septiembre a junio, al igual que en cualquier centro de enseñanza, no es necesario realizar una prueba de acceso y la progresión se va consolidando en función de las habilidades que vaya demostrando la persona que recibe las clases", enumera Sosa.

La adquisición de una serie de rudimentos musicales, poniendo el acento en la medida que se pueda sobre los ejes del folclore local, son dos elementos claves a la hora de explicar el funcionamiento de una escuela donde la única regla que se tiene en cuenta está asociada a la curiosidad musical.

las cifras

2013 fue el año de inauguración de la escuela ubicada en la Casa de Los Sabandeños.

70 alumnos acuden a los cur-sos que se imparten en la sede de Capitán Brotons.

5 a 70 es la franja de edad de los alumnos que reciben clases.

Edehey

Sosa

Profesor de la escuela De Los Sabandeños

Vea aquí la interpretación de la canción "Dos cruces" interpretada por el grupo Los Sabandeños.