Una desconoce lo que es el autismo y por eso al principio no te das cuenta de lo grave que es que tu hijo no quiera mirarte a la cara, ha dicho Carmen Jiménez de Espinoza, investigadora del trastorno del espectro del autismo y madre de un ahora adulto que tiene síndrome asperger.

El síndrome asperger forma parte del espectro autista, y se trata de personas que suelen tener elevado cociente intelectual y no tienen problemas de conductas repetitivas y de habla, como sucede con quienes tienen autismo "limpio" o quienes lo tienen con añadiduras como epilepsia y esquizofrenia".

Carmen Jiménez de Espinoza, miembro del grupo de investigación de Neuroquímica y Neuroimagen de la Universidad de La Laguna que ha detectado un posible biomarcador del trastorno autista, es una venezolana de origen gomero que hace veinticuatro años tuvo un hijo que no miraba a su cara.

Comentó la madre e investigadora que al principio crees que tu hijo tiene una personalidad fuerte o está molesto por algo y lo que hacemos con esa forma de pensar es poner en la mente de un niño la mentalidad de un adulto.

Su hijo fue diagnosticado cuando tenía cinco años y le dijeron que no tenía cura, con lo que te enfrentas a una realidad que no sabes por donde tomar, explicó Carmen Jiménez, que abandonó su profesión de química para dedicarla a investigar en y por su hijo.

Si bien como química no sabía lo que era el autismo tenía herramientas para investigar y entender, de forma que no hubo libro ni médico con el que no contactara, y con el traslado a Tenerife hace catorce años comprendió que la realidad era la misma en España.

Así, señaló Carmen Jiménez, no importa el hogar de nacimiento, ni la condición social y el trastorno autistas es "exactamente" igual en chinos, africanos, americanos o europeos.

Una vez en Tenerife entró en la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna, donde hizo un máster en biomedicina y decidió formar parte del equipo de Neuroquímica y Neuroimagen que dirige José Luis González-Mora, para investigar con personas que tienen trastorno del espectro del autismo.

Comentó que los adultos que tienen ese trastorno suelen ser muy tranquilos, de forma que nadie diría que de niños sufrieron tanto y que tuvieron conductas tan repetitivas que desquiciaban a padres y profesores.

Cuando vas con el niño al psicólogo te dice que no tienes que compararlo con otros, pero los padres no recibimos una terapia que se necesita para afrontar la situación, señaló Carmen Jiménez, quien dijo que es científica por vocación y ahora "simplemente" ha derivado su vocación hacia otro aspecto investigador.

Carmen Jiménez señaló los problemas que ocasiona en hecho de que un niño, como ocurre con los que tienen trastorno del espectro autista, no tenga miedo ni conozca el peligro, de forma que, por mucho que se lo definas ellos no lo sienten y siguen arriesgando.

Pero ellos no han venido para amargar la vida a nadie, sino que tienen un desequilibrio neuroquímico, destacó Carmen Jiménez.

Como investigadora se enfrenta a situaciones en las que algunas madres confunden investigación con tratamiento, de forma que en alguna ocasión ha tenido que hablar claro y decir que investigar no es lo mismo que solucionar.

Carmen Jiménez quiere que se entienda que investiga para tratar de que algún día haya una solución, ya que quienes tienen en la actualidad el trastorno seguirán teniéndolo, y comentó que si bien ella nunca ha medicado a su hijo entiende que haya personas que sí lo hacen, pues todas las realidades son diferentes.