Cuatro meses después de abrir sus puertas con gran ilusión y afluencia de público, dos de los trece comercios del Mercado de La Abejera han cerrado. Se trata del establecimiento de comidas para llevar y de la pescadería, esta última considerada en su momento tan fundamental que retrasó la apertura del recinto.

El pasado miércoles el recinto estaba prácticamente vacío, en una tónica que se repite desde que se pasó la efusión de los primeros días de Navidad, según explican los comerciantes.

Para el local de la pescadería ya tienen sustituto: una churrería que se abrirá en breve. Para el de comidas preparadas aún se barajan varias ofertas, según explicó el administrador del mercado, Álvaro Luis.

Los comerciantes hablan de la dificultad de cubrir gastos y de las diferencias con La Recova, que es una cooperativa.

La Abejera se sacó a licitación privada por un canon anual de 7.200 euros por un plazo de 10 años. Estos, a su vez, subarriendan a los diferentes comerciantes. El precio de alquiler es de 240 euros, comunidad aparte, para el más pequeño de ellos.

"Nos encargamos de la limpieza, agua, mantenimiento... No podemos ajustar más los precios", explica Luis, para añadir que "los negocios no pueden dejarse a la primera de cambio".

"Estamos en un barrio deprimido, en un mercado que llevaba muchísimos años cerrado. Hay que ganarse a la clientela", consideró el administrador.

Luis opinó que cuando uno comienza un negocio hay que tener "un colchoncito", porque es raro el comercio en el que cubres gastos el primer año.

El administrador también expresó su preocupación porque muchos de sus comerciantes no hubieran tenido un negocio antes. "Tienen mucha ilusión", reconoce, para añadir que hace falta algo más: resistir y adaptarse.

"Algún otro comercio tendrá que cerrar"

"Estamos en un mercado bonito, al que merece la pena ir", dice Álvaro Luis, administrador de La Abejera, para añadir que hay que escuchar a la clientela, ver lo que quiere o busca y adaptar la oferta. Muchos de los tenderos del mercado no habían tenido un negocio antes y capitalizaron el paro para comenzar esta aventura. "Algún otro tendrá que cerrar", opina Luis, para añadir que otros vendrán a ocupar su lugar.