Mientras la historiografía tradicional ha pasado de puntillas por un episodio cruel protagonizado por Simón Bolívar -quizá para no mancillar la heroica imagen del personaje-, el profesor e investigador de la Universidad de La Laguna (ULL) Manuel Hernández se ha detenido en el periodo conocido como la campaña admirable (1813-1815) poniendo el acento en las consecuencias del decreto de guerra a muerte dictado por el Libertador, una decisión "equivocada", a juicio del experto, y que desembocó en la ejecución de más de dos mil canarios y españoles, sin más justificación que el hecho de haber nacido al otro lado del Atlántico.

El resultado de este trabajo, que bebe de fuentes documentales inéditas (caso de archivos parroquiales y sentencias judiciales), lo desarrolla el historiador de forma didáctica en las páginas del libro "La guerra a muerte. Bolívar y la campaña admirable (1813-1815)", de reciente publicación.

El investigador constata cómo miles de canarios murieron lanceados, arcabuceados o decapitados por las tropas de Simón Bolívar, en aplicación del sangriento decreto de 15 de junio de 1813, durante la denominada campaña admirable que desembocaría el 6 de agosto de ese año con la entrada triunfal de Bolívar en Caracas y la proclamación de la Segunda República venezolana.

En el decreto de guerra a muerte, Bolívar hacía una llamada expresa a los "españoles y canarios", a quienes advertía en los siguientes términos: "Contad con la vida si apoyáis la independencia; contad con la muerte si sois indiferentes". Este bando lo firmó en Trujillo, en Los Andes colombianos, y desde allí emprendió una "política sistemática de ejecución de españoles y canarios en actos públicos allí por donde pasaba", señala Hernández.

Los canarios se convirtieron así en el blanco de la represión que Simón Bolívar aplicó al regreso de un exilio al que lo envió el capitán realista Domingo Monteverde, de origen canario, tras la reconquista española.

Precisamente, el autor cuestiona el carácter de "maldito" que siempre ha acompañado a esta figura, a quien algunos historiadores consideran el causante directo de la represión y señalan como responsable del origen del decreto que derivó en las ejecuciones.

"Esto es rotundamente falso. En la época de Gobierno de Monteverde hubo encarcelamientos, pero nunca una represión sistemática ni fusilamientos", señala el investigador.

Manuel Hernández sostiene que la "limpieza étnica" que desató Bolívar acabó con la vida de "un tercio de la población venezolana", en su mayoría inmigrantes, cuando "ni españoles ni canarios eran sus enemigos".

Este trabajo de investigación concluye en que Bolívar cometió un "gran error" con la aplicación del decreto de guerra a muerte. "La represión contra los canarios, vinculados y plenamente integrados en la sociedad venezolana, va a sembrar una semilla de profundos odios en contra de la oligarquía caraqueña", protagonista de la revolución, explica Hernández.

Precisamente, pocos meses después de la victoria bolivariana, los llaneros realistas, en su mayoría de origen mestizo y comandados por Boves y Francisco Tomás Morales (a quien Santa Cruz dedica una fuente con su nombre), entraron al asalto en la capital del país, el 16 de julio de 1814, poniendo punto y final al breve periodo de la Segunda República y exterminando a un amplio número de miembros de las clases altas criollas.

Este trabajo de investigación, que se desarrolla a lo largo de 254 páginas, está publicado por Ediciones Idea y se presenta bajo el título "La guerra a muerte. Bolívar y la campaña admirable (1813-1815)". El autor, profesor de Historia de América en la ULL, Manuel Hernández, tiene en su haber más de cincuenta libros y un centenar de artículos en revistas especializadas , además de seis premios de investigación histórica.