Izquierda Unida Canaria (IUC) en La Palma valora positivamente que el paro haya descendido en la Isla durante el mes de marzo, "bajando de la simbólica cifra de los 10.000 desempleados". Sin embargo, esta formación política entiende que "no por ello podemos dejar de denunciar la generalización de la precariedad en los nuevos contratos que se firman".

Según los datos del Observatorio Canario de Empleo (Obecan), el desempleo se redujo en 155 personas durante el último mes, situándose en 9.971 inscritos. "Pero más allá de estos datos, nuestra Isla no es ajena al contexto de contratación precaria y con muy bajas retribuciones que se ha generalizado en España tras las últimas reformas laborales y que ha supuesto la práctica desaparición de los contratos indefinidos y su sustitución por temporales", señala IUC en un comunicado oficial hecho público ayer.

Como ejemplo, Izquierda Unida señala "las espectaculares tasas de temporalidad que presentan los cuatro municipios donde más bajó el paro".

Esos son los casos de Tijarafe, donde 51 de los 61 contratos (equivalentes al 83,60%) fueron temporales; lo mismo que ocurrió con 262 de los 316 contratados en Los Llanos de Aridane, es decir, el 82,91%; al igual que sucedió con 111 de 121 contratos suscritos en el municipio de Breña Alta, el 91,73%.

Pero IUC llama la atención especialmente sobre el caso del municipio de Puntallana, donde los 29 contratos realizados, que suponen el 100% de los firmados, son temporales.

Se trata de contratos, en muchas ocasiones, de media jornada laboral "que se convierten en jornada completa, con horas extras que no se pagan y con condiciones laborales que no deberían ser asumibles en un estado que se dice democrático y de derecho". Desde Izquierda Unida Canaria "queremos, nuevamente, alertar de la necesidad de una actuación de la Inspección de Trabajo".

La representación de esta formación política en la Isla también hace hincapié en que el descenso del desempleo "no contabiliza la salida, cada vez mayor, de palmeros y palmeras al extranjero" en lo que IUC define como "un verdadero proceso de exilio económico".

Otra circunstancia que no se tiene en cuenta en dicha estadística es "el desistimiento de muchos parados a inscribirse, una vez que han perdido todas sus prestaciones o que no hayan conseguido un empleo durante los últimos años", según concluye IUC.