El Ayuntamiento de Candelaria va a abrir en breve una playa para perros. No en vano hay 6.000 canes censados en la Villa Mariana. Casi uno por familia. Hay otras abiertas ya en la zona de El Médano y en Güímar. Y menos mal que va calando la idea de que en las playas no pueden campar los perros a sus anchas, sin bozal, bañándose junto a las personas y revolcándose en la arena.

En prácticamente todas las playas de la isla hay señalizaciones. En todas se prohíbe su presencia. En general, los dueños de las mascotas se pasan por el arco del triunfo la señal y la prohibición. Y tampoco la policía se esmera mucho en que se cumpla la ley.

Suceden cosas como lo acontecido esta Semana Santa en una conocida playa del sur, cerca de la zona de Abades. Se podían contar hasta seis o siete perros refocilándose a gusto y brincando por la playa. Todos sin bozal. Uno de ellos casi arrolló a una niña y estuvo a punto de liarse la de Cristo, entre dueño y padre.

Me gustan los animales. Me encantan los perros, pero en su sitio. Las normas están hechas para que se cumplan y las prohibiciones por alguna razón existen. Buena iniciativa la de Candelaria y la de los ayuntamientos que se están animando. A ver si otros se ponen las pilas y siguen el ejemplo. A veces, copiar ideas es bueno.

@sdnegrin