Nos encontramos en una situación para mí confusa. Desde el principio de los tiempos, con la excepción de la época racionalista actual, que tampoco ha sabido demostrar nada, el hombre ha percibido la necesidad de la existencia de un ser superior, un dios. Acaba de terminar la Semana Santa, donde se nos recuerda a los cristianos y a quien quiera oírlo que el Hijo de Dios se hizo hombre, naciendo en un pesebre, algo más de 2.000 años, en un pueblecito de Palestina, Belén de Judá, y muriendo en la cruz, para redimirnos y salvarnos. Anteriormente hubo un periodo de 40 días, que comenzó el 18 de febrero, Miércoles de Ceniza, donde se nos recuerda que somos polvo y en polvo nos convertiremos, para que seamos humildes, tiempo de preparación y oración por la pasión de Jesucristo, que íbamos a vivir, que comenzó el 30 de marzo y terminó el Domingo de Resurrección, el 5 de abril. España oficialmente es un país católico, un 70-80% así lo confiesa. Si observamos las procesiones de muchas de nuestras ciudades donde se recuerda los hechos ocurridos, así lo parece. Por cierto, quisiera felicitar al pueblo y a las autoridades de Adeje por la magnífica representación de la Pasión; los personajes muy bien buscados, muy reales y todo muy ilustrativo (solo eché de menos a los dos ladrones en el Gólgota). Sin embargo, en lugar de comenzar nuestros queridos y añorados carnavales antes del 18 de febrero, cosa que hubiera sido posible, comenzaron poco después de la Epifanía del Señor, y no solo eso, sino que no basta con la celebración unos días determinados, sino que cada provincia y hasta cada pueblo de las distintas islas quieren tener los suyos, llegando algunos muy cerca de la Semana Santa. Creo como ciudadano y creyente que se debería estudiar y programar en fechas adecuadas, respetando las creencias de muchos ciudadanos.

El artículo de hoy va a ser una especie de miscelánea porque voy a tocar varios temas que me preocupan. Comienzo por la indiferencia mundial ante las barbaridades cometidas por el mal llamado Estado Islámico. Me refiero a que si es necesaria una intervención de la ONU, ahora sería el momento. La organización mundial debería disponer de unas fuerzas armadas, proporcionadas por todos sus miembros, como las tiene la Organización del Atlántico Norte (OTAN), que controladas por el Consejo de Seguridad pudiera actuar en estas situaciones. Otro caso semejante es la indiferencia ante las matanzas de cristianos por el simple hecho de serlo. Es curioso que una religión que predica el amor al prójimo y poner la otra mejilla ante una ofensa sea la más perseguida. ¿Será por eso? Pues bien, las grandes naciones, especialmente las europeas, incluyendo en ellas los EEUU de Norteamérica, que tan desastrosa gestión hicieron en África en sus protectorados, apoderándose de sus riquezas, y que ahora pasan de ayudarlos en la miseria en que están sumidos. Con el apoyo americano han organizado países sin tener en cuenta razas, tribus y tradiciones; siguen comerciando y relacionándose como si nada ocurriera, con naciones como la India, Paquistán, Irak, Siria, Kenia, etc., donde las masacres son frecuentes y numerosas.

Refiriéndonos a España y a las Islas en particular, la situación económica global, de grandes cifras, mejora. Hemos llegado a que la gente invierta en fondos del Estado español, y dada su solvencia actual, en lugar de tener que pagarle intereses, los pagan ellos por guardar su dinero. Nada que ver con la época anterior: la de la Alianza de las Civilizaciones (que no sirvió para nada, sino para gastar dinero) y la de la cúpula de Estrasburgo, que costó un montón de millones, y las deudas sin pagar en los cajones -creo recordar que unos 30.000 o 40000 millones de euros-. Así estábamos al borde del rescate y la pérdida de la soberanía nacional. No obstante, Paulino Rivero, en unas sorpresivas -por inusuales- declaraciones en EL DÍA dice que lo conveniente para Canarias es un gobierno de centro-izquierda como el actual. Será para que sigamos con más de un 30% de paro, a pesar de que el turismo marche viento en popa y que Canarias sea la segunda autonomía que mas creció y de las menos endeudadas. Hay que dejarse de obras faraónicas, propias de épocas de bonanza, y dedicarse prioritariamente a solucionar el paro. Con muchos de los millones de euros dedicados a otras cosas, como pagar costosos proyectos de mamotretos, que costaron otro montón construirlos, y que ahora quieren gastarse otro buen dinero en destruirlo, cuando se le podría dar una utilidad y sacarle un rendimiento para crear, por ejemplo, puestos de trabajo. Para mí, quienes peor lo tienen son los universitarios tinerfeños; ¡así se van fuera, los que pueden!