La Sección II de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife prevé celebrar desde el próximo lunes el juicio a cinco ciudadanos británicos dedicados al tráfico de drogas y de los que uno intentó asesinar a uno de los dos magrebíes que les fueron a entregar dos kilos y medio de hachís en diciembre de 2006 en Los Cristianos.

La vista oral estaba prevista para octubre del mes pasado, aunque en ese momento se suspendió.

Los ciudadanos británicos, todos residentes en el Sur de Tenerife y sin antecedentes, se dedicaban a cometer diversos delitos, entre ellos la distribución de estupefacientes, según el escrito del Ministerio Fiscal.

Dichos individuos concertaron la compra de dos kilos y medio de hachís a un argelino (Abdelhafid K.) y un marroquí (Nabil E.M.). En un apartamento estaban esperándoles los británicos Brian S.R., Darrell P. y Gordon C.J.H., así como un cuarto no identificado por la Policía.

En lo que el fiscal antidroga considera un ajuste de cuentas planificado, cuando los magrebíes entraron en el inmueble con la droga, Gordon asestó por sorpresa una puñalada en la espalda a Abdelhafid, con la "intención de acabar con su vida". La herida le provocó un "shock hipovolémico" que requirió una intervención quirúrgica urgente para salvarle la vida.

Los dos magrebíes abandonaran el apartamento donde ocurrieron los hechos.

Gordon escondió la droga y, junto a su pareja (ajena a los hechos), preparó su huida al Reino Unido. Para ello contó con la colaboración de otros individuos británicos residentes en el Sur de Tenerife.

El procesado Paul A.G. recibió una llamada de Craig W.A., que era conocedor de los hechos, para que acudiera al escenario del suceso, limpiara cualquier vestigio que pudiera incriminar a sus conocidos y buscara otro escondite para el hachís. Todo ello a cambio de 500 euros. Al salir del piso fue interceptado por una patrulla policial cuando portaba la droga y un puñal de 30 centímetros de hoja.

La citada cantidad de estupefaciente hubiera tenido un valor en el mercado ilícito de 12.252 euros.

En un registro policial en la casa de otro de los procesados (Brian), los agentes hallaron un permiso de conducir con un número íntegramente falso con la foto del procesado Darrell P., junto con la documentación personal y el móvil de Gordon.

Para el acusado Gordon, el fiscal solicita 16 años de prisión (12 por intento de asesinato y 4 por tráfico de droga) y 30.000 euros de multa.

Pero la pena más alta de cárcel (17 años) se solicita para Darrell P., ya que el fiscal lo considera autor de un delito de intento de asesinato (11 años), otro de tráfico de drogas (4 años) y un tercero de falsificación documental (dos años), así como más de 30.000 euros de multa en total.