El endeudamiento del Gobierno regional encadenará este año 13 ejercicios de subidas consecutivos. Desde 2002, la deuda viva -el saldo que se acumula cada vez y que aún está pendiente de pagarse- sube sin descanso -excepto una ligera bajada del 0,07% que se registró entre 2006 y 2007-. Y no se trata solo de que sube la cifra del dinero a deber, también lo hace la proporción que supone sobre el Producto Interior Bruto (PIB) regional.

En 2002, tras haber descendido la deuda viva en un 7,2%, el saldo pendiente ascendió a los 929 millones de euros, según datos del Banco de España -en 2001 había sido de 1.001 millones-. Y desde entonces, no se ha vuelto a producir un descenso así del endeudamiento público canario. En aquel año, aún lejos del inicio de la crisis, el peso del endeudamiento fue apenas del 3%.

Durante todos los ejercicios previos a la crisis -incluido el de 2008, cuyo presupuesto se elaboró el año anterior a su inicio- la deuda viva rondó los 1.500 millones y osciló entre los 1.133 millones de 2003 a los 1.885 millones de 2008, una cifra más bien baja, si bien es cierto que cada año tendía a ser mayor al del anterior con la excepción antes explicada entre 2006 (1.563 millones) y 2007 (1.562), cuando se registró una pequeña contracción de un millón.

Eran años de expansión económica. La Contabilidad Regional de España elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) señalan que en 2002, el PIB regional alcanzó los 30.245,9 millones de euros, una cantidad que no pararía de subir en los ejercicios siguientes hasta 2009.

En ese tiempo de acelerado crecimiento, el PIB escaló a los 32.434,4 millones en 2003; a 34.305,2 millones en 2004; a 36.767,5 en 2005; a 39.248 en 2006; a 41.656,2 millones en 2007, y a 42.582,3 en 2008. La deuda, en cambio, se mantuvo en esa horquilla de 1.100 a 1.900 millones.

La situación dio un vuelco con la crisis. En 2009, el PIB retrocedió a 40.694,6 millones, un nivel intermedio al que hubo entre 2006 y 2007. Y la deuda ascendió en casi 470 millones en tan solo un año, desde 1.885 millones a 2.352, equivalente a una subida del 25%.

El PIB nunca igualaría el récord de 2008. En 2010, tras la bajada de 2009 a los 40.694,6 millones, subió a 41.248,7 millones para mantenerse en 2011 en 41.301,7 y volver a bajar en 2012 a 40.572,2 y a 40.717,1 en 2013. El año pasado se recuperó hasta los 41.522,9.

En todos esos años previos a la crisis, la deuda fue creciendo con lentitud en términos de PIB. Del 3% de 2002 apenas subió al 3,6% en 2007 para llegar al 4,4% en 2008 y al 5,7% en 2009. A partir de ahí, el ritmo de endeudamiento fue acelerándose cada vez más.

De esta manera, en 2010 la deuda viva creció un 40% al pasar de 2.352 millones a 3.298. En términos relativos, subió del 5,7% al 8%. Y desde entonces, la deuda viva sigue su línea ascendente.

En 2011, el saldo ascendió a 3.718 millones, equivalente al 9% del PIB. En 2012, el endeudamiento escaló a los 4.687 millones (11,6%); en 2013, a 5.281 millones (13%) y el año pasado, a 5.954 millones, que representó el mayor porcentaje: el 14,5%. La previsión del Gobierno regional -salvo decisiones del próximo equipo que entre en junio- es que 2015 cierre con una deuda de 6.289,4 millones, un 5,6% más que el ejercicio pasado.

La deuda es "asumible" y el PIB crece, matiza Economía

El consejero de Economía y Hacienda, Javier González Ortiz, resta importancia a la evolución de la deuda, que en los últimos cinco años habrá pasado de unos 3.300 millones en 2010 a casi 6.300 a finales de este año.

"No es preocupante, el volumen es bajo", afirma. "La deuda es solo la acumulación del déficit en momentos de restricción de recursos, pero siempre con la línea roja que trazó el Gobierno de no perjudicar la financiación de los servicios públicos", justifica. Ortiz recuerda que la política de austeridad que ha seguido el Ejecutivo regional -impuesta desde el Estado- buscaba justo que no subiera la deuda -"no se puede criticar al mismo tiempo que el endeudamiento no creciera más y que hubiera recortes en los presupuestos", se queja-.

Defiende que "controlar" el nivel de deuda es "positivo" y adelanta que, en el futuro, el crecimiento económico permitirá inyectar recursos a los sectores productivos y servicios, "en vez de pagar deuda".

"Hubiera sido deseable que la deuda no creciera tanto", admite, "pero no hubiera sido posible".