Los comercios que resisten a duras penas el cierre de la calle Doctor Allart se están planteando opciones más radicales para que el Ayuntamiento de Santa Cruz solucione de una vez por todas el cierre de la vía. Las formas de protesta que barajan pasan por encadenarse a la valla, ponerse en huelga de hambre o acampar.

El único avance desde que se cerró la vía ha sido retranquear una valla amarilla que advierte de que la calle está cortada al tráfico de vehículos por desprendimientos. Lo que de poco sirve a los empresarios, que necesitan que la gente "pase" por la vía para que pueda verse tentada de entrar en sus negocios.

Además, a algunos que tenían dos entradas a su negocio (por Allart y por la paralela La Palma) tuvieron que soportar que también se cerrara La Palma por riesgo de desprendimientos.

Así, muchos han perdido el negocio, optando por cerrar. Y los que quedan ya se están planteando todo lo que se les ocurre ante la impotencia que les genera la situación. "Nos están toreando. Llamamos todos los días, ¡todos!, para preguntar qué pasa", asegura uno de los comerciantes.

En la acera de los impares, casi todos los negocios han claudicado. En los pares, solo resisten dos negocios en la parte alta de la vía. Y alguno ya claudicó y cambió de nombre.

Algunos no tienen vergüenza en reconocer que incluso han llorado y suplicado al consistorio que solucione de una vez la situación, que aseguran que se remonta a un año y medio atrás. "No hay tránsito, ese es el problema".

Critican amargamente que el consistorio no haya actuado ya para arreglar el inmueble del número 42, cuyo propietario se niega a asegurar para que se abra la calle y ha ido pagando cada una de las multas porque no tiene problemas económicos. Los que los tienen, y graves, son los comercios que quedan.

Martín: "En cuanto el Juzgado nos autorice, lo haremos"

El concejal de Urbanismo, José Ángel Martín, aseguró que el Ayuntamiento de Santa Cruz había hecho todo lo que se podía hacer y que en la actualidad estaba a la espera de que "el Juzgado nos dé autorización para entrar" y arreglar la fachada, para, así, poder abrir la calle. "Desde junio o julio hemos resuelto algunas situaciones, pero este inmueble del número 42 es lo que más se nos ha trabado", reconoce. El pasado 1 de abril, el consistorio dio 48 horas al dueño de un edificio aledaño, el de Allart, 44, para asegurar la fachada. Hasta ayer mismo, no se había hecho nada.

Anuncios y más anuncios y un proceso demasiado lento

El pasado mes de enero fue el mismo concejal de Urbanismo el que anunció que el consistorio iba a realizar una ejecución subsidiaria en el número 11 de la calle Doctor Allart. Esta también fue publicada en el BOP. Los procesos, sin embargo, son demasiado lentos para los que intentan ganarse la vida en los comercios de esta vía deteriorada.