"Mami, mañana toca biblioteca". Solo con esa frase el esfuerzo está más que recompensado. Un grupo de madres del Colegio de Enseñanza Infantil y Primaria (CEIP) Princesa Tejina gestiona desde hace dos semanas la biblioteca del centro una vez por semana.

Lo hacen los jueves -de 15:00 a 17:00 horas-, de manera voluntaria, después de varios meses de formación previa tanto en un programa informático para el préstamo de libros como en el desarrollo de dinámicas para la biblioteca.

La iniciativa forma parte del plan de formación para el desarrollo de las competencias lingüísticas y del plan lector impulsado desde el centro docente, que este curso se ha extendido también a los padres y madres.

Además de gestionar el préstamos de libros, cuestión casi secundaria en este caso, las diecisiete voluntarias han diseñado un programa de actos que llena de vida, cada jueves, la casa de los libros. Se trata de hacer una mezcla sutil de los aspectos lúdico y educativo.

Por ejemplo, el pasado día 9 fue la banda juvenil de la Agrupación Cultural San Sebastián la que amenizó las dos horas de tiempo compartido entre padres, madres, abuelos, tíos... y niños. Con antiguos alumnos entre los miembros del grupo musical, la biblioteca se quedó pequeña para el corto pero animado concierto. Luego tocó leer, contar cuentos...

Y el próximo jueves se "escaparán" al Teatro Unión Tejina a la clausura del arca educativa.

Así hasta el 11 de junio, el último día en el que se pondrá en marcha esta experiencia, por lo menos durante este curso. Para esa jornada espera un cuentacuentos.

El director del centro docente tejinero, Miguel Delgado, ya avanza que la idea es repetir el próximo año, y no solo un día a la semana, sino varios. Y las madres lo apoyan. "Esto nace para quedarse", precisan. "La intención es que disfruten de este espacio; es un lujo", subraya Delgado, en referencia a la remozada biblioteca.

"Hay que mentalizar a los padres de que esto es un punto de encuentro", enfatiza el director del CEIP, quien añade que las voluntarias que forman parte de la iniciativa han participado, a lo largo del curso, en dinámicas del centro. "Esa participación es beneficiosa", aclara.

Y es que detrás de todo existe "un profundo amor a los libros", que las madres quieren que también se transmita a sus hijos. De momento, parecen haberlo logrado. Solo hay que ver la seriedad con la que se lo han tomado algunos de los pequeños, que se encargan de recordar a sus progenitores qué día toca ir a la biblioteca.

Como reza un proverbio hindú que decora la biblioteca: "Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora".