El Cabildo consiguió reducir su nivel de endeudamiento a la mitad, lo que supone una disminución del 57 por ciento, al pasar de los 491 millones de euros de deuda en 2010 a los 215 millones en 2015. Esta coyuntura hace posible una política inversora mucho más activa que crece un 57 por ciento y que se traduce en más recursos para generar actividad económica y empleo.

Para entender con mayor claridad el peso real de esta deuda en relación con el presupuesto que maneja el Cabildo para este año, 764 millones de euros, se puede poner un ejemplo de economía familiar: los 215 millones de deuda suponen para la Administración insular un gasto equivalente al que tendría una familia tinerfeña con un ingreso mensual de 2.000 euros y que tuviera que pagar una hipoteca de 60 euros.

Mientras la deuda del Estado y las comunidades autónomas ha ido creciendo en el período 2008-2013 y la de las corporaciones locales ha logrado mantenerse -pero no disminuir-, la evolución de la deuda del Cabildo de Tenerife marca una importante reducción que supone que su peso en el conjunto de deuda de las corporaciones locales pase del 1,11 por ciento en 2010 al 0,75 por ciento en 2013.

Asimismo, la Corporación insular se ahorrará 7,1 millones de euros en siete años al haber sido autorizada por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas a refinanciar la deuda adquirida por préstamos vinculados al pago a proveedores, que suponen una cuantía total de 45,5 millones de euros.

De igual modo, fue posible dejar sin efecto el Plan de Ajuste al cumplir el Cabildo con los supuestos establecidos por ley en relación con la estabilidad presupuestaria, el límite de deuda, la regla de gasto y el período medio de pago a proveedores, que se redujo a menos de 30 días.

El Plan de Ajuste, aprobado por unanimidad en marzo de 2012, permitió al Cabildo adoptar una serie de medidas necesarias para poder cumplir con los requisitos establecidos por la ley en relación con la estabilidad presupuestaria; la racionalización y reestructuración del sector público empresarial; la reducción paulatina del endeudamiento; la sostenibilidad de los servicios públicos de forma que las medidas de ajuste no influyeran en la calidad de los mismos y el incremento progresivo de la inversión para impulsar el crecimiento económico y el empleo.

La gestión económico-financiera de las arcas del Cabildo situó el nivel de endeudamiento en torno al 50 por ciento, muy inferior al marcado por el Estado para las administraciones públicas, que se sitúa en el 75 por ciento o en el 110 por ciento pero, en este caso, con previa autorización estatal para poder endeudarse.

Gracias a la reducción de la deuda -y también a otros factores- el Cabildo pudo diseñar una política inversora muchas más activa que se traduce este año en un ambicioso plan de actuación, dotado de una partida de 133 millones de euros, que incluye más de 400 acciones distribuidas por toda la Isla.

Este plan, que según las previsiones del Cabildo de Tenerife podría generar alrededor de 2.400 puestos de trabajo directos, se une a otros dos ejes sobre los que pivota la política presupuestaria de la Corporación insular: la atención a las personas y la generación de empleo.