Los nazis se enfrentaban a un problema técnico para el exterminio de los judíos: el alto coste de la munición (eran millones de judíos) y de otras alternativas, así como la duración del plan. En la Conferencia de Wannsee de 1942 se decidió la Solución Final mediante el gas "Zyclon- B" en los campos de exterminio. Crearon una verdadera industria de la muerte ("Zygmunt Bauman").

Ahora se cumplen cien años del genocidio armenio que Turquía se niega a reconocer y que costó la vida a más de un millón de armenios. Si los nazis hasta 1942 no sabían cómo exterminar a los judíos desde el punto de vista tecnológico, es fácil colegir lo despiadado que hubo de ser eliminar al millón de armenios. Llegados aquí no podemos olvidar a los hutus de Ruanda en 1994: 800.000 en un mes, a machetazos.

El Vaticano y la Unión Europea han levantado con ocasión de este pavoroso centenario la voz frente a Turquía, para que tomara alguna medida, si no de reparación sí al menos de reconocimiento. Han sido muy comedidos, no se han puesto de acuerdo en utilizar la palabra genocidio, ni siquiera Obama, y la han evitado. Con todo, Turquía lo ha rechazado de plano.

Mientras a los que en principio se les podría endosar la imputación de genocidas, como es a los turcos, se les releva de ese estigma semántico; el término genocidio asiste a su asignificación sistemática y trivialización. Genocidio es el exterminio planeado, sistemático y total de una raza o comunidad. Por lo que es preferible restringir su uso y acotar su significado, para que no se pueda privársele de su contenido apocalíptico frivolizándolo.

Hay un principio sicológico elemental, que es que cuanto más perversidad "probada" atribuyes a quien odias, más justificado está ese odio. El prejuicio y el odio se purifican con un supuesto dictamen de "derecho penal internacional". El gran ejemplo son los judíos. Las guerras reversibles que provocan Hamás o Hizbolá con combatientes camuflados entre su población civil, en cuanto llegan a dos mil muertos, alcanzan la paz. Es la forma de imputar a los ¡judíos! un nuevo genocidio -¿no serán demasiados?-, coreado como lobos por el progresismo hispano.

El Tribunal de La Haya recientemente ha eximido del delito de genocidio a Serbia y Croacia. Hay crímenes de guerra contra la humanidad..., pero no genocidio, y violaciones, ejecuciones colectivas, ¿recuerdan? Las terribles matanzas de cristianos en Oriente y África no conmueven, pero tampoco las que hubo en Yugoslavia. Faltan los judíos.