Pinturas, esculturas, vídeos, fotografías, grabados, dibujos e instalaciones conforman la muestra colectiva "Nueva isla de utopía", que se desarrolla en el Centro de Arte La Recova de Santa Cruz, espacio que se ha quedado muy grande para la colección reunida hasta el próximo 31 de mayo.

Esta experiencia, comisariada por el pintor orotavense Néstor Delgado (1986), ha concitado los talentos de una docena de artistas canarios pertenecientes a dos generaciones, la X, nacidos entre los años 1961 y 1982, y la "Y", de 1982 hasta 2004. Todos ellos, algunos residentes en el extranjero, fueron invitados a reflexionar sobre la imagen como espacio común.

La exposición incluye vídeos de Alby Álamo, que reside en Berlín, y Davinia Jiménez, que vive en Gran Canaria ; pinturas de Chami An (Barcelona), la más joven de la exposición, nacida en 1990, Moneiba Lemes & José Otero (vivieron en Berlín, ahora en Gran Canaria) y Cristóbal Tabares (Tenerife); dibujos de Marco Alom (El Hierro) y Adrián Martínez ((Bélgica); instalaciones de Raúl Artiles (Munich), María Laura Benavente (Tenerife) & David Ferrer (Las Palmas) y Diego Vites (vivió en Ecuador y ahora se trasladará a Argentina); grabados de Juan José Valencia (Las Palmas) & Lena Peñate (Tenerife) y piezas escultóricas de Israel Pérez & María Requena (Tenerife).

Delgado explicó que "la idea era plantearles a todos ellos que describiesen un poco su contexto, su paisaje local. Algunos de ellos forman comunidades importantes, como en Berlín, otros andan sueltos por otras partes del mundo. La idea era preguntarles cómo veían su identidad".

El título de la colectiva, "Nueva isla de utopía", parte de un relato de Tomás Moro, "Utopía", en el que detalla la mejor de las sociedades posibles: la república. "Trata de recoger lo que el personaje de la obra, Rafael, describe sobre una isla utópica, imaginada, pero al mismo tiempo, con muchos detalles, tipos de paisajes, personajes. La idea era plantear eso a los propios artistas, que describieran su propia isla o su entorno allí donde estén".

Los autores participantes en esta iniciativa han sido seleccionados según un criterio generacional, explicó Delgado. "Me interesaban, sobre todo, los que han nacido desde los años setenta hasta la actualidad. Es una generación que se ha visto obligada a emigrar fuera ahora mismo por temas económicos, personales o lo que sea. Me interesaba ese testimonio de esos viajes, el aquí y el allí, que describan qué es estar allí, y que fuera una reflexión acerca de la imagen, en formatos que van desde la pintura hasta el vídeo".

El resultado de la exposición, que empezó hablando de la emigración de los artistas que estaban fuera y de los que se quedaron aquí, es muy variado. "Lo interesante era eso, que la exposición sirviese como punto de convergencia y para establecer un lazo entre esos artistas. Siempre es importante que haya un nudo entre la gente que ha estado aquí y los que siguen estando en otros sitios del mundo. Se conocen porque han vivido en Tenerife y han trabajado aquí. No son artistas que sigan una misma línea, que tengan un vínculo sino que son bastante diferentes, y más en la distancia que cuando estaban aquí".

Las obras exhibidas son muy variopintas, con estilos, formatos, contenidos y técnicas muy diferentes. Una parte es muy testimonial, muy subjetiva, que habla de paisajes basados en las experiencias propias de los artistas, como ocurre con los tres vídeos de Alby Álamo, que titula "Diario", o "Una historia de amor", una docena de óleos sobre lienzo debidos a Moneiba Lemes y José Otero, quienes intercalan sus pinturas con unos textos que describen un diálogo entre ellos en Berlín. La otra son obras más reflexivas, más conceptuales sobre la imagen en sí misma, como "Los territorios baldíos" de Israel Pérez y María Requena.

"Como conclusión diría que en la exposición se han creado como dos grupos. La exposición funciona como un archipiélago, cada obra es muy diferente entre sí. Pero que sea el propio espectador el que saque sus propias conclusiones".