Me ha encantado la historia del premio al mejor gofio de Canarias, hecho con mezcla de millo, trigo y cebada. El ganador, Rayco Herrera, un joven emprendedor de 31 años, ha dedicado el galardón a quien fuera responsable de la creación: su hermano Juan, fundador de Gofio Gomero.

Juan Herrera, de 32 años y que se dedicaba a revisar contadores de luz en La Gomera, se empeñó a llevar a cabo su sueño: montar una molienda. Hizo un estudio de viabilidad y tiró para adelante. Y aquí viene lo duro: Juan falleció de muerte súbita. Fue entonces cuando Rayco se hizo con el negocio familiar ubicado en Hermigua.

Es una historia humana tremenda. Cogió las riendas del negocio y es molinero por su hermano. Ha dicho que si volviera a nacer, volvería a ser molinero. En tiempos en los que cada uno mira para su ombligo, emociona ver cómo Rayco dejó proyectos e ilusiones propias, para cumplir el sueño de Juan.

Todo un ejemplo para muchos emprendedores. Salir adelante en una isla como La Gomera, con niveles de paro escandalosos, nunca fue fácil. La historia de Juan y Rayco, y su gofio, es un ejemplo de superación y de quitar piedras del camino a base de coraje. Algo de lo que los gomeros saben mucho, forjado a base de años y años arrimando el hombro de la mañana a la noche.

@sdnegrin