Siete personajes, cada uno a su modo, pero con un objetivo común, quieren huir del desierto de la cultura en la que se ha convertido España. Ese es el mensaje de "En el desierto", que la compañía de Chevi Muraday, Losdedae, representará el sábado, a partir de las 20:30 horas, en el teatro Guimerá de Santa Cruz.

Esta pieza, que impacta allí donde se representa, tiene una duración de unos ochenta minutos y es un singular combinado de danza, teatro y música. El reparto es de lujo, además de Muraday, Premio Nacional de Danza, intervienen Ernesto Alterio, Maru Valdivielso, Ana Erdozain, Sara Manzano, David Picazo y Alberto Velasco.

"Es una obra que se llevaba gestando más de tres años y refleja la situación real que tenemos los creadores en este momento, en el que nos están expulsando de nuestros lugares de origen. Son siete intérpretes, cuatro actores y tres bailarines, que se enfrentan como grupo a esta situación para recuperar su lugar de origen, los teatros. Lo que se quiere contar es una realidad, pero no de una forma política o panfletaria, en absoluto. Está contada desde un lugar muy poético, muy sugerente, donde la escenografía, la luz y el vestuario son muy evocadores. El público viaja con nosotros en ese desierto durante una hora y veinte minutos", explicó con pasión Muraday.

Este premiado director artístico y coreógrafo remarcó la idea de que "si hacemos un análisis de nuestra situación cultural en el país donde vivimos vemos que cada vez tenemos menos espacios donde actuar. Madrid, que es donde resido, es una ciudad mutilada. Cada vez se cierran más teatros y los creadores tenemos menos espacios para poder bailar. Lo digo desde mi lugar como coreógrafo, como director de una compañía de danza, pero esto es algo general hacia las artes escénicas".

Los siete intérpretes que se han volcado en este espectáculo utilizan para combatir esta realidad la creación. "No dando el brazo a torcer y no dejando que esta situación te arrastre y consiga hacer desaparecer tu trabajo. Llevo veinte años con esta compañía y me enfrento a esta situación creando producciones todos los años y teniendo un compromiso absoluto con el movimiento y la danza para que no desaparezcan de este país", matizó.

Para este hombre de escena, formado en Europa y Estados Unidos, "la danza en España siempre ha sido una gran maltratada. La crisis y la danza siempre han vivido juntas, no es algo nuevo. Siempre hemos convivido de alguna forma, aunque ahora es verdad que la situación es más complicada. A las adversidades hay que plantarle cara desde la creación, que es el lugar de donde creo que tengo que hacerlo. Haciendo propuestas de danza para que no desaparezca".

La escenografía en "En el desierto" es una parte fundamental, un personaje más, al igual que la iluminación y la música, compuesta por Mariano Marín. "La escenografía se mueve con los intérpretes. Este grupo juega de una forma muy orgánica con el espacio y la escenografía, de manera que van componiendo distintos espacios y paisajes escénicos. El público puede recorrer todas esas emociones y circunstancias que les ocurren a ellos. Es muy evocador. Es una pieza muy honesta, con mucha verdad que el público lo recibe. La escenografía convive con nosotros. Es un mecano gigante que nosotros vamos transformándolo en todo momento".

La palabra también está presente en esta obra, un recurso recurrente en todas las producciones de Chevi Muraday. "Siempre ha estado latente en mi trabajo desde que monté la compañía en 1997 y anteriormente también. Son textos creados especialmente para estos personajes".

Con respecto al peso de cada uno de los intérpretes, que pueden echar mano de una dosificada improvisación, todos comparten su importancia, aunque el polifacético Alterio, además de actuar y bailar también toca el piano en directo. "Cuando empezamos a crear En el desierto, les propuse que cada uno eligiese a uno entre todos los personajes de la historia del teatro. Maru se inspiró en Antígona, Alberto en La Pastora, la primera hermafrodita que se conoce que estaba en el frente en la Guerra Civil, Ernesto, es más quijotesco, yo me inspiré en Hamlet... Cada uno de nosotros se ha inspirado en un personaje, en su psicología, pero no somos fieles a ellos, jugamos con ellos, porque de alguna forma también son expulsados del teatro. Todos los personajes reivindican más espacio para la danza y un respeto para las artes escénicas. No hablamos de subvenciones ni partidas presupuestarias, sino de un respeto hacia los profesionales".

Intervienen Chevi Muraday, Ernesto Alterio, Ana Erdozain, Sara Manzano, David Picazo, Maru Valdivielso y Alberto Velasco.