Un total de 502 personas movidas por su pasión hacia el baile, en representación de 27 escuelas de la isla, protagonizan este domingo, día 26, en el Auditorio de Tenerife, los actos que festejan el Día Internacional de la Danza. Con acceso libre y desde las 16:30 hasta las 21:30 horas está previsto que cada uno de los grupos ponga en escena una pieza en la Sala Multiusos, agenda que se completará con un taller de break dance de nivel básico, impartido por Miguel Díaz García, profesor del centro Lenita Lindell, más el broche final a cargo de la compañía Tenerife Danza Lab, que interpretará en el espacio de la plaza Castillo su aplaudido espectáculo “15° al oeste”. Cuando las escuelas finalicen sus actuaciones, hacia las 20:00, cuatro de los alumnos participantes leerán el manifiesto del Día Internacional de la Danza 2015, un texto obra del bailaor y coreógrafo español Israel Galván en el que se convoca a bailar juntos. Los detalles de esta actividad cultural los presentaba ayer en rueda de prensa el consejero de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo, Cristóbal de la Rosa, acompañado por el director de Auditorio de Tenerife, José Luis Rivero, más el coreógrafo y bailador Genaro Arteaga, en representación de las escuelas de danza. A propósito, De la Rosa valoraba el hecho de que un año más se festeje este homenaje, además con una iniciativa que agrupa y muestra el notable esfuerzo y la dedicación que desarrolla un grupo de amantes de esta disciplina artística que, aseguraba el consejero, “representa un desafío” y encierra la enorme virtud de procurar “mayor nivel de comunicación y entendimiento entre las personas, sea cual sea su procedencia, origen o cultura”. En su intervención, Rivero destacó la acogida del público un año tras otro hacia una fiesta que calificó como “muy participativa y plural”, que representa una formidable exhibición de la “enorme variedad de estilos” que interpretan las escuelas de danza de la Isla. Precisamente, Genaro Arteaga, bailaor, coreógrafo y docente, se refería con un guiño de humor a la cantidad de tipos de danza que llega a congregar este encuentro, hasta el punto de afirmar que desconocía algunos de ellos, “con unos nombres auténticamente impronunciables e increíbles”. Si bien agradeció al Cabildo la oportunidad que representa para las escuelas poder exponer públicamente el trabajo que desarrollan, también se lamentó de que “la danza siga considerándose la cenicienta de las artes, siempre señalada como la pobrecita”. Desde su perspectiva, el baile supone un sentimiento “universal” y a partir de este argumento considera que no resulta acertado establecer diferencias en función del origen del artista. “La educación y los métodos son los que establecen estilos”.