El actor, bailarín y músico argentino Ernesto Alterio (Buenos Aires, 1970) da vida a uno de los siete personajes que actúan en el espectáculo "En el desierto", un combinado de teatro y danza contemporánea, ideado por el coreógrafo Chevy Muraday, que se representará hoy, a partir de las 20:30 horas, en el teatro Guimerá de Santa Cruz. Esta pieza, que combina diversas formas de expresión bajo la dirección de Guillem Cluaque, refleja cómo siete personajes quieren huir del desierto de la cultura en la que se ha convertido España, a pesar de que "debería ser una riqueza fundamental de la sociedad". Además de Alterio y Muraday, intervienen en la obra Ana Erdozain, Sara Manzano, David Picazo, Maru Valdivieso y Alberto Velasco.

¿Qué le ha animado a participar en esta obra, "En el desierto"?

Lo que tenga que ver con el movimiento me ha interesado siempre. Yo empecé a bailar como complemento a mi formación como actor. Sentí que era algo importante, y empecé a tomar clases de baile y nunca con intención de hacer algo en este terreno, sino más como un complemento para tener más herramientas como actor, pero me fue gustando y lo seguí manteniendo. Hace unos años retomé el baile con más intensidad y se produjo un encuentro con Chevi, donde dijimos que por qué no hacíamos algo juntos y así fue. Mi participación en este producto tiene que ver con seguir un impulso y era como una salida a ciertas cosas que me están inquietando, que tenía ganas de investigar y seguí ese impulso y noté que me llevaba.

Interpreta, baila y toca el piano, ¿es todo un reto, no?

Sí es un reto y una puerta que se me abre para seguir desarrollándome e investigando, sobre todo, en algo que me interesa mucho, que son qué puntos en común tienen todas esas instancias.

El trasfondo de la obra denuncia el desierto cultural en el que se ha convertido España, ¿cuál es su opinión al respecto?

Siento que hay algo de eso. Se plantea un desierto como una manera de hablar de ese vacío al que está siendo relegado el mundo de la cultura y habla de que, a medida que ese desierto es habitado por alguien o por dos, existe la posibilidad de la creación. De lo que sí se habla es de la posibilidad de crear cosas con gente de otras disciplinas, de buscar nuevos caminos. Lo siento como una invitación a la gente a que siga jugando, siga su impulso, y siga creando.

Participan siete personajes en la pieza, ¿cuál es su papel?

La creación de los personajes en la danza se produce de otra manera que en el teatro. Aquí es muy interesante que partimos de personajes clásicos de la literatura universal. En mi caso partimos de ciertos aspectos del Quijote y de Gregor Samsa, de La metamorfosis de Kafka. Entonces parece una especie de insecto, digamos, como un escarabajo o así, con concha, donde su concha es el piano. Es un personaje que articula sus pensamientos y se relaciona con los demás a través de la música también. La música forma parte de su expresión y tiene también algo del Quijote en cuanto que es un tipo un poco visionario, alguien que tiene una visión y siente que tiene una misión. Es como la parte lúcida de esa locura.

¿Qué destacaría de la escenografía y la iluminación?

Están supercuidadas. La escenografía es como un personaje más y todos los intérpretes la manipulamos a medida que se desarrolla el espectáculo. También comunica que físicamente construimos algo juntos. Son como una especie de planchas móviles que van generando diferentes espacios y se van trasformando. El público va a ver el viaje fascinante que realizan estos seres desterrados, en el que el espectador va a pasar por muchos lugares. Van a ver un espectáculo visual, danza, movimiento. Es un espectáculo que está abierto a muchas interpretaciones. Cada uno hace su propio viaje. Es una obra de mucha hermosura visual y con un final esperanzador.

Hace unos días presentó en el Festival de Málaga la película "Sexo fácil, películas tristes", de Alejo Flah. ¿En qué tipo de papeles se siente más a gusto y se considera un actor comprometido?

Por suerte no tengo una cosa concreta. Me gustan los personajes y los proyectos que me supongan un desafío, que tenga que aprender algo o dar un paso, si no, no me estimula. Tanto En el desierto como en Sexo fácil es un personaje complejo y difícil de interpretar, porque es alguien que tiene imposibilidad de expresar sus sentimientos. Me gustan los personajes que me lleguen a descubrir algo, que es lo que después pueden hacerlos atractivos para la gente. En este sentido, me gusta ser un poco todoterreno, poder adaptarme a los diferentes escenarios y propuestas. También me considero un actor comprometido cien por cien con lo que hago y con ofrecer lo mejor al espectador, y eso pasa por hacer mi trabajo lo mejor posible. Si te refieres a políticamente, no.