El problema de la corrupción, evidentemente, no es una cuestión de este o aquel partido político. Cuando Pedro Sánchez, como secretario general del PSOE, pidió, por ejemplo, la dimisión de Rajoy por el caso Rato, se olvidó que está proponiendo la ausencia de la religión, en la enseñanza. Y otro tanto parece el creador de "Ciudadanos", cuando habla de la legalización de la prostitución. Y, en cambio, en general, en la sociedad no hay respuestas para los miles de cristianos que están muriendo, en diferentes partes delmundo. (V. "Los cristianos de Oriente, quiénes son, de dónde vienen, cuántos son", 2015). Cuando los niños, algunos menores de edad, se hacen terroristas o matan a su profesor delante de los alumnos, no se toca el tema de la educación personal o familiar, o en el propio centro escolar, o en el orden religioso. Y esto va impregnando a las propias instituciones, sean las universitarias, las profesionales, las militares, las de la propia Iglesia. La ola de la corrupción lo es, sobre todo, por la ola de un laicismo progresista y un analfabetismo religioso.

Esto me ha traído algunas citas: Velarde Fuerte, catedrático, nos lo ha recordado en un artículo en ABC, abril 2015, "Muñoz Grandes y un importante avance social". Más atrás está el folleto, "Para ti..., soldado", Madrid, 1944, declarado de utilidad por el Ejército, como un manual que los padres de familia obsequiaban a los alumnos de la Milicia Universitaria en los diversos campamentos españoles. Es una guía completa de lo que los soldados han de saber antes, durante y aun después de cumplir sus deberes, cualquiera que sea su posición en la vida militar y profesional. (Digno de reeditarse como documento histórico al menos).

Puede haber un problema previo. Es la aportación del Estado de la educación y la investigación. El incremento en Alemania, con un gobierno de coalición, todos los años, es ejemplar. (Nosotros estamos en el puesto 40, poco antes que Rumanía). Jiménez de Parga, poco antes de fallecer, publicó una colaboración en la "Tercera" de ABC, sobre"La España oficial y la España real", e hizo referencia, entonces, a la ley de libertad religiosa.

El remedio a los males graves de la sociedad española no está sólo en la economía. El P. Gimeno, escolapio, recordaba en la revista misionera "Ancho mundo" el sucedido en Cracovia, el 15-10-2011, cuando se celebró una marcha de ateos frente a la de los jóvenes católicos escolapios, que habían ido de toda Polonia. "Jesús es mi fortaleza. Es mi vida" (los ateos abandonaron la plaza, sin necesidad de la policía).

*Premio Nacional de Literatura