El uso de mosquiteras tratadas con insecticidas y los tratamientos antimaláricos han conseguido reducir un 47% la mortalidad de la malaria en los últimos 15 años, aunque en países como Mozambique la patología ha crecido, según han informado en un comunicado la Obra Social La Caixa y el Instituto de Salud Global (ISGlobal).

Pese a los avances, cada año la malaria causa más de 600.000 muertes en el mundo, con más de 200 millones de casos clínicos.

El director general de ISGlobal, Antoni Plasència, ha hecho hincapié en el caso de Mozambique, donde el crecimiento de los casos se ha producido al mismo tiempo que han aparecido resistencias a los insecticidas tradicionales.

"La creciente amenaza que suponen dichas resistencias es una muestra de lo frágiles que pueden ser los avances. Si los esfuerzos se relajan, la malaria resurge", avisa, antes de asegurar que la única solución sostenible a largo plazo es eliminar por completo la enfermedad en aquellos países donde aún es endémica.

Las principales preocupaciones de las autoridades sanitarias se centran en Mozambique

El reto es, a juicio de Plasència, "hacer desaparecer por completo el parásito", un objetivo para el que será fundamental contar con un compromiso político fuerte, una financiación sólida y la implicación continuada de la filantropía desde el sector privado.

En 2014, La Obra Social La Caixa lanzó su programa contra la malaria para apoyar una innovadora estrategia en Mozambique que permitirá avanzar en el objetivo global de eliminar la enfermedad.

El programa contra la malaria desarrollará la evidencia científica necesaria para demostrar si la actual estrategia, basada en el control del mosquito y en el uso de los fármacos disponibles, es aplicable a un país endémico.