Mañana se estrena en Tenerife con "Me llamo Suleimán", una pieza teatral que creció a partir de una propuesta literaria realizada por Antonio Lozano a la que Mario Vega le entregó la magia de las tres dimensiones. En realidad, la artífice de esa realidad de carne y hueso es la actriz lanzaroteña Marta Viera (1982), ganadora de un Réplica por su participación en "Pipi Langstrump", quien protagoniza el título que se programa en el teatro Guimerá de esta capital: a las 10:00 horas para una audiencia escolar y a partir de las 20:30 horas en la programación abierta al público. Licenciada en Arte Dramático por la Escuela de Actores de Canarias, Marta carga con todo el peso de la obra representando al agente de policía Isabel y al joven Suleimán. "Esta interpretación exige mucho compromiso", destaca la artista conejera respecto a un proyecto que se mostró por primera vez el pasado mes de marzo en el teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria.

"Una de las mayores gratificaciones de esta aventura es que, poco a poco, el público ha ido asimilando el calado de un proyecto costoso de montar por lo que exige combinar la parte interpretativa con las imágenes que acompañan a los protagonistas de un monólogo que tiene una enorme trascendencia social", admite la intérprete sobre una producción que se impulsó desde la marca unahoramenos. "Lógicamente, Me llamo Suleimán tiene unos matices distintos a los de Pipi Langstrump, ya que socialmente los contenidos no tienen nada que ver... La intención es transmitir desde el escenario la realidad que nos llega a través de los medios de comunicación. Lo que no queremos es que el público vea que detrás de una tragedia únicamente hay un número, sino que hay una historia que contar", apuntala Viera.

La presencia de Marta en el escenario sale reforzada con unas animaciones de Juan Carlos Cruz que tienen una enorme fuerza narrativa. "No es fácil encontrar el equilibrio perfecto entre esas dos facetas, es decir, que la concentración a lo largo de la función tiene que ser total para evitar que se den instantes en los que la imagen va por un lado y la voz por el otro. Ese es uno de los aspectos que mejor se han trabajado durante meses", admite sobre una puesta en escena que ya se ha representado en Gáldar, Teror y Lanzarote. "Es impresionante contemplar los silencios que se hacen en los teatros; ver cómo la tensión se abraza con mi voz en distintas fases de la obra", exalta la canaria.

Premiada en distintos festivales internacionales, Viera agradece las recompensas que ha obtenido desde el estreno de "Me llamo Suleimán". "Emocionalmente es un papel atractivo, pero también incita a la reflexión porque gira en torno a un tema que es de máxima actualidad. Quizás, el hecho de que contemos una historia que está tan presente en nuestro día a día facilite la conexión entre el equipo que hace posible esta obra de teatro y el público", reivindica.

Marta compara las sensaciones que experimenta sobre la tarima durante casi 75 minutos como el acto de "estar desnuda delante de los espectadores; desnuda desde el punto de vista interpretativo porque la sinceridad es lo que domina el diálogo entre Isabel y Suleimán para explicar las claves de este viaje. Es relato descanardo en el que no existen caminos intermedios porque todo fluye de manera directa", resume justo antes de valorar las rutas artísticas que le gustaría recorrer en los próximos años.

"Para crecer como actriz no hay que ir a Madrid; aquí hay proyectos que son muy interesantes", relata una joven que también ha desarrollado diferentes papeles en el mundo del cine y en el mundo de los musicales. Precisamente, su rol en "Payaso de corazón" le llevó a trabajar durante tres años seguidos en el Unity Festival de Cardiff. "Por supuesto que a todos nos gusta mejorar laboralmente y aprender vivencias en cada proyecto, pero en estos momentos no me planteo dejar Canarias. Sobre todo, porque ahora estoy trabajando en unas circunstancias favorables en proyectos que me enriquecen como artista: no solo valoro el contenido de una propuesta sino la calidad de las personas que forman parte de ella", incide Viera sin perder de vista la calidad de las producciones isleñas.

"Hay cosas muy decentes, pero, sobre todo, hay cosas con mucha cabeza que aportan un plus de calidad a los creadores canarios. Si a eso le añadimos las ganas por mostrar algo diferente el resultado no puede ser malo", concluye el eje central de una travesía teatral que arranca con una dosis de sinceridad desbordante. "... De esa familia, de ese país, vengo yo. ¿No es maravilloso? Me gusta contarlo porque así siento que soy un hombre, no una sombra perdida entre blancos", dice Suleimán, Antonio Lozano o Marta Viera.