El Pleno del Parlamento Europeo dio luz verde ayer al acuerdo entre las instituciones europeas para obligar a los Estados miembros a que tomen medidas específicas para reducir el consumo de bolsas de plástico ligeras en un 80 por ciento de aquí al año 2025, lo que supone que en diez años cada europeo utilice al año un máximo de 40 unidades, frente a las 175 en 2010.

La nueva norma afecta a las bolsas consideradas "ligeras", es decir, cuyo espesor no supere las 50 micras. Para lograr el objetivo del 80 por ciento de reducción en diez años, se establece además un objetivo intermedio de una rebaja del 50 por ciento en el uso de estas bolsas en 2019, de modo que el consumidor gaste al año una media de 90 bolsas.

Esta decisión, sin embargo, prevé una alternativa para que los gobiernos nacionales puedan elegir entre estos objetivos de reducción o implantar la prohibición de distribuir gratuitamente las bolsas de plástico ligeras y que se fije un precio común para las mismas en todos los establecimientos. Esta medida se pone ya en práctica en muchos comercios europeos.

Los países podrán, además, eximir de la obligación (ya sea limitación del consumo o fijación de precio) aquellas bolsas cuyo espesor no supere los 15 micras, un tipo habitualmente utilizado, por ejemplo, para las frutas y verduras.

La nueva norma ha sido negociada entre el Consejo, la Eurocámara y la Comisión Europea, si bien esta última aceptó el acuerdo final con reservas, ya que consideraba que no había estudios suficientes para fijar cifras concretas para los objetivos de reducción de consumo.

La votación fue celebrada por el grupo de Los Verdes en el Parlamento, que destacó que se trata de un "avance histórico" frente a los problemas que plantean los deshechos plásticos y otros residuos.

"Por primera vez los Estados miembros tendrán que cumplir objetivos obligatorios", dijo la eurodiputada de Los Verdes Margarete Auken, quien apostó por el fin del reparto gratuito de bolsas como la medida "más eficaz", siempre que se aplique "desde las grandes superficies hasta las pequeñas tiendas del barrio".

El Partido Popular Europeo (PPE), por su parte, subrayó que la UE deje atrás un "mal hábito" y tome medidas para un entorno "más limpio".