El Gobierno francés se ha comprometido a revisar el cuestionario que se plantea a los donantes de sangre para evitar la "discriminación" de los homosexuales al mismo tiempo que se "garantiza la seguridad" de los potenciales receptores.

El derecho galo excluye como donantes, de forma permanente, a los hombres que han tenido relaciones sexuales con otros hombres. En respuesta a una petición remitida desde Estrasburgo, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha dictaminado este miércoles que esta prohibición "puede resultar justificada".

A la salida del Consejo de Ministros, la titular de Sanidad, Marisol Touraine, ha anunciado que convocará una reunión a finales de mayo con "todos los actores implicados" para "evaluar el cuestionario" que se plantea en la actualidad a quienes acuden a un centro de donación.

En este sentido, ha abogado por poner fin a la "discriminación que prohíbe a los homosexuales donar sangre sólo por el hecho de ser homosexuales" al tiempo que se garantiza la "seguridad" de los receptores de esta donación, según medios galos.

El Ministerio de Sanidad ha recordado en un comunicado que Touraine ya defendió en la Asamblea Nacional que "la discriminación de donantes en base a su orientación sexual era inaceptable" y abogó por "un criterio basado en el comportamiento sexual".

SENTENCIA EUROPEA

En su sentencia de este miércoles, el TJUE declara en primer lugar que el tribunal remitente de la duda debe determinar si en Francia un hombre que ha tenido relaciones homosexuales está expuesto a un elevado riesgo de contraer enfermedades infecciosas graves transmisibles por la sangre, teniendo en cuenta la situación epidemiológica de Francia.

En el periodo entre 2003 y 2008, la práctica totalidad de las contaminaciones por VIH se debió a una relación sexual y la mitad de las nuevas contaminaciones afectan a homosexuales. Entre todos los países de Europa y de Asia Central, Francia es el que presenta una mayor prevalencia del VIH entre los hombres homosexuales, según recoge el fallo.

Pese a ello, el Tribunal admite que la normativa francesa "puede entrañar una discriminación por razón de la orientación sexual en contra de las personas homosexuales de sexo masculino". No obstante, señala que su objetivo es "que el riesgo de transmisión de una enfermedad infecciosa a los receptores sea mínimo y, por tanto, responde al objetivo general de garantizar un alto nivel de protección de la salud".

En todo caso, la sentencia alerta de que la prohibición a los homosexuales de donar sangre "podría no respetar el principio de proporcionalidad" ya que "no cabe excluir la posibilidad de que el VIH pueda detectarse mediante técnicas eficaces que garanticen un alto nivel de protección de la salud de los receptores". Por ello, pide al tribunal nacional que verifique si existen estas técnicas.

De no existir tales técnicas, el Tribunal reclama verificar si hay "métodos que garanticen un alto nivel de protección de la salud de los receptores y sean menos coercitivos que la exclusión permanente de la donación de sangre y, en particular, si el cuestionario y la entrevista personal a cargo de un profesional sanitario pueden permitir identificar con más precisión las conductas sexuales de riesgo".