Los alumnos pasan alrededor de un tercio de la semana en la escuela, tiempo que tiene un impacto significativo en la calidad de sus vidas, especialmente por las relaciones con los compañeros y profesores, y los españoles son los cuartos entre los países de la OCDE en considerarse felices en su centro educativo.

Si la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en este sentimiento de felicidad en su colegio o instituto entre los alumnos de 15 años se sitúa en un 80%, el porcentaje de España se acerca a un 90%.

Son conclusiones del reciente informe "Pisa in Focus" de la OCDE, que ha reflexionado sobre los efectos de las relaciones profesores-estudiantes en el bienestar del alumnado en los centros con los datos de PISA 2012, primer año en el que se preguntó a los menores sobre sus sentimientos de felicidad en la escuela.

Y todo ello porque el nivel de felicidad de los estudiantes o su disposición hacia el aprendizaje y la vida, en general, puede depender y mucho de cómo se sienten en el colegio o instituto.

Cuatro de cada cinco estudiantes de los países de la OCDE están "de acuerdo o muy de acuerdo" en que se sienten felices en la escuela o que sienten que pertenecer a ella.

La lista de los que dicen tener sentimiento de felicidad en su escuela está encabezada por México, Islandia, Israel y España, mientras que los alumnos que son menos felices son los coreanos, checos, eslovacos, estonios y finlandeses, cuyos porcentajes no llegan a un 70%.

El presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa), Jesús Salido, destaca a Efe que sería necesario debatir sobre "qué se entiende por felicidad", aunque asegura que se debe apostar por un sistema educativo en el que sea posible "una escuela alegre".

Salido considera que la transmisión de conocimientos no se debe "limitar" a dar contenidos curriculares y, en cambio, se debe "cuidar" la forma de transmitir los mismos o que la clase sea participativa y capte el interés de los estudiantes para que los menores "no se conviertan en meros receptores".