Los realejeros celebran hoy el día grande de sus fiestas de mayo. El día más importante en su calendario festivo. Una tradición que goza ya del reconocimiento de fiesta de interés turístico regional y nacional. Los vecinos del municipio norteño muestran hoy a miles de visitantes las más de 300 cruces que tienen repartidas por iglesias, capillas, ermitas, calles y casas. Y al caer la noche, llenan el cielo de fuego con uno de los mayores espectáculos pirotécnicos de Europa.

Las visitas a las cruces engalanadas comenzaron anoche en todos los rincones del municipio. Con mención especial al barrio de La Cruz Santa, donde hay 80 cruces decoradas, y el entorno de las calles de El Medio y El Sol. Epicentro indiscutible de la colorista fiesta.

Hoy es un día para recorrer las calles y disfrutar con los afamados enrames florales de las cruces en capillas o viviendas, y también de los originales enrames de las calles de El Medio y El Sol, colocados en los últimos días de abril como una muestra más del pique realejero.

EL DÍA visitó ayer las dos cruces más emblemáticas de la fiesta. En las últimas horas para dar retoques a una decoración floral que llena las dos pequeñas capillas. Dos cruces que, como la decoración de las calles o los fuegos artificiales, forman parte de una rivalidad sana que enriquece la vida cultural del pueblo desde hace más de dos siglos.

Algunos estudiosos de esta tradición realejera colocan el origen del pique pirotécnico en 1770 y lo achacan a la existencia de dos clases sociales: los propietarios de las tierras por donde discurría la calle El Medio, también conocida como calle de los Marqueses, y los medianeros y pequeños campesinos de la calle El Sol. Unas diferencias sociales que ahora son historia entre el escándalo y el olor de los fuegos.

Los voladores que encenderán la noche realejera han sido creados, un año más, por las pirotecnias Hermanos Toste (Los Realejos), para la calle de El Sol desde 1990, y Hermanos Caballer (Valencia), para la calle El Medio desde 2007. Una costosa exhibición pirotécnica que no se sufraga con dinero público, sino con las aportaciones de los vecinos y simpatizantes de las calles de El Medio y El Sol, que trabajan durante todo el año para reunir los fondos que se queman en unas horas de ruido y luz.

Los trabajadores de ambas pirotecnias ultimaban ayer los trabajos para dejar listos los fuegos para una noche en la que el Valle de La Orotava mira al cielo.

Esta tradición realejera, que en 2009 obtuvo el título de Fiesta de Interés Turístico de Canarias, logró el 30 de marzo de 2015 elevar su condición a Fiesta de Interés Turístico Nacional, refrendada en el BOE del pasado 10 de abril de 2015. La intención del Ayuntamiento realejero es empezar ya a trabajar para que las cruces y fuegos tengan un reconocimiento internacional.