Las más de 2.500 colmenas que los apicultores tinerfeños tienen instaladas en Parque Nacional de El Teide, una de las zonas punteras de la Isla para esta actividad, van camino de verse reducidas a la mitad. Así lo explica el presidente de la Asociación de Apicultores de Tenerife (Apiten), Roberto Marrero, que detalla que esto se produce después de que un estudio plantease que las abejas dañaban la retama y el tajinaste.

"Nosotros siempre hacemos la solicitud al Ayuntamiento de La Orotava para subir las colmenas y el Parque nos puso un límite, como unas 2.600, y se ha modificado varias veces ese tope", puntualiza. "Ahora nos han dicho que este año se mantiene, pero que para el próximo se va a bajar", asevera el recién elegido presidente del colectivo, que calcula que la reducción podría dejar la cifra de colmenas en esta zona en aproximadamente la del año 2000, algo más de un millar.

Ante esto, la postura de los apicultores es la de rechazar la medida. Y es que, según destaca Marrero, la ubicación de colmenas en El Teide no es nueva y las abejas siempre han sido una especie polinizadora.

Con respecto a otro de los problemas a los que ha tenido que hacer frente la apicultura local, mantiene que la enfermedad denominada "varroa" se ha ido superando "poco a poco". "Nos es difícil porque no podemos meter en las colmenas cualquier producto químico, por lo que, para ello, llevamos un plan sanitario, tenemos veterinarios y hacemos dos tratamiento al año", añade.

En palabras de Roberto Marrero, la próxima recogida se prevé "medianamente bien", dado que faltó un poco más de lluvia para haber conseguido unos resultados óptimos en cuanto a producción, por lo que la campaña podría cerrarse con unas cantidades próximas a las de 2014.

"Nos perjudica un poco", comenta el presidente de Apiten sobre los efectos de una competencia que, en ocasiones, aplica unos precios en los que solo el envase, la tapa y la etiqueta del producto tinerfeño iguala al de la miel de fuera. "Pero en calidad nosotros les ganamos y, por eso, la vendemos", apostilla en relación a la comercialización, realizada sobre todo en mercadillos y a través del "boca a boca".

En este sentido, resalta que las mieles tinerfeñas han conseguido la denominación de origen protegida, lo que supone "un logro" y una forma de publicidad. "De todas maneras, lo que producimos se vende; a finales de año ya nos quedamos sin mieles", remarca el representante de los apicultores de la Isla.

Donde reconoce que el sector sí presenta algunas lagunas es en el terreno de las subvenciones, en parte por la referida falta de profesionalización -que les resta tiempo- y también por la escasa información que, en algunos casos, existe sobre este tipo de ayudas a los apicultores.

La apicultura, en auge

Pese a las dificultades con las que tienen que lidiar los apicultores, este subsector está en ascenso. El presidente insular precisa que, en total, en Tenerife hay entre 12.600 y 12.700 colmenas, lo que supone una cifra superior a la de años anteriores. En parte, eso ha sido resultado de la crisis, que ha llevado a que haya quienes intenten, a través de esta actividad, conseguir un dinero extra. No menos llamativo es que, si bien en la Isla hay unos 670 apicultores, de ellos solo cinco se dedican de forma profesional a este trabajo.

Otro de los indicadores que invitan a pensar en la buena situación de la apicultura tinerfeña es el incremento del número de jóvenes, en contraposición a lo que sucede en otros subsectores.

Varias delegaciones

Roberto Marrero detalla que la Asociación de Apicultores de Tenerife es un colectivo que abarca toda la Isla al contar con delegaciones en los municipios de Guía de Isora, Arico, Güímar, Arafo, La Orotava e Icod de los Vinos.