Los vecinos de la calle Ángel Arocha, una pequeña vía situada entre la avenida Reyes Católicos y Heliodoro Rodríguez González, muy cerca del Estadio, viven cada quince días "un auténtico calvario porque cuando juega en casa el CD Tenerife tenemos que soportar ruidos, incluidos tambores, petardazos de enormes bengalas (muestran los tubos como prueba), escándalos y, sobre todo, pintadas en casi todos los espacios libres, paredes o puertas de las viviendas. Antes, sobre todo, y después de los 90 minutos de juego. Son aficionados radicales del club que se reúnen en la zona para ir al campo".

Las fuentes añaden: "Aquí viven sobre todo personas mayores y los domingos por la tarde, cuando la mayoría de la gente descansa, aquí no es posible. Creemos que hay quien, directamente, se va de su casa durante ese tiempo porque no se puede estar".

"Desde que empezó la temporada -explican los vecinos- ha ido a más. Empezaron con el spray de forma tímida y han terminado por ocuparlo todo. Se ponen encima de los vehículos donde colocan las botellas, las rompen y los cristales quedan en el piso. Un desastre, aunque por lo menos no hay peleas, eso no lo hemos visto".

La semana anterior tuvieron, por si fuera poco, un añadido: "El jueves se jugó un partido (la final de la Copa Heliodoro entre Tenerife B y Mensajero) y aunque fue menos, también tuvimos fiesta".

El último domingo (con ocasión de la visita del CD Lugo), representantes vecinales mantuvieron un diálogo con líderes de los grupos que suelen concentrarse en la calle. Al respecto, valoran: "Nos dicen que van a plantear lo que pasa en sus reuniones y procurarán corregirlo. También que la gente se emborracha y no controla, pero no entendemos que vayan al fútbol con el spray. Hay que respetar los derechos de todos y solo pedimos que se moderen para poder descansar".