Las elecciones autonómicas de mayo serán una prueba para la salud del bipartidismo en España, pero en el caso de Canarias es el tripartidismo representado por Coalición Canaria, PP y PSOE el que se la juega después de haber gestionado la autonomía en los últimos veinte años.

En su apogeo, el tripartidismo canario llegó a concentrar el 90 por ciento de los sufragios, pero la mayoría de sondeos pronostica que, a partir del 24 de mayo, CC, PP y PSOE pueden seguir siendo los más votados, pero tendrán que compartir el protagonismo con las fuerzas emergentes, al no alcanzar el 60 por ciento.

La llegada de Podemos y Ciudadanos al Parlamento de Canarias, junto al crecimiento de Nueva Canarias, puede poner en riesgo el ecosistema de tres partidos hegemónicos vigente desde 1995, en el que Coalición Canaria, pese a no ganar desde 2003, se ha acostumbrado a estar al frente del Gobierno autonómico con el apoyo, según las circunstancias, del PP o del PSOE.

De momento, las encuestas no apuntan a espectaculares resultados de las fuerzas emergentes, frenadas además por un sistema electoral que prima la representación territorial frente a la poblacional. Pero es posible un nuevo escenario en el que sea necesario un pacto de al menos tres fuerzas políticas para formar el ejecutivo.

Las encuestas publicadas apuntan a que los tres principales partidos tendrían un número de votos similar, en torno al 18 por ciento con ligera ventaja para CC, que conseguiría más escaños por tener más repartidos sus apoyos entre las siete islas.

De momento, los partidos tradicionales se han anticipado a los nuevos tiempos y se han aplicado a cierta renovación, al menos de candidatos, pues ninguno de los tres repite con respecto a las pasadas elecciones.

En el PP, José Manuel Soria ha cedido el testigo a Australia Navarro, hasta ahora portavoz parlamentaria; mientras que el PSOE canario cambia a su secretario general, José Miguel Pérez, por la diputada en el Congreso Patricia Hernández, quien se impuso en las primarias con una imagen joven y pegada a la calle.

En Coalición Canaria, Fernando Clavijo, alcalde de La Laguna, sustituye a Paulino Rivero, quien intentó sin éxito presentarse por tercera vez en una batalla interna que ha dejado algunas heridas.

El candidato nacionalista ha conseguido en plena precampaña verse libre de las imputaciones judiciales por presunta corrupción que pesaban sobre su gestión como alcalde, finalmente archivadas.

Pese a compartir partido con Rivero, Clavijo se presenta como adalid del cambio, mientras su antecesor trata de defender el legado al frente del pacto CC-PSOE, con el que ha conseguido frenar el desmantelamiento de los servicios públicos del PP, según su relato.

Fernando Clavijo defiende el diálogo y no la confrontación con el PP, con el que, según le achacan sus rivales -aunque él lo niega-, ya tiene apalabrado el próximo gobierno si logran sumar mayoría.

Sea con unos o con otros, el candidato de CC quiere "un acuerdo a dos", no "a tres".

Mientras, la popular Australia Navarro anuncia con convencimiento que será la primera mujer que presida el Gobierno de Canarias, para lo cual está dispuesta a hablar con todos, "sin exclusiones".

En el caso del PSOE, su secretario de organización, César Luena, dejó dicho en una reciente visita que el pacto con CC en esta legislatura es un buen precedente para la próxima.

Un acuerdo entre PP y PSOE para acabar con su dependencia de Coalición Canaria, defendido por algunas voces en ambos partidos, no es completamente descartable, pero resulta difícil de imaginar, además de que seguramente ya no sumarán bastantes escaños.

La posible llegada de Podemos y Ciudadanos al Parlamento de Canarias, el crecimiento de Nueva Canarias y el escaño que algunos dan al exsenador Casimiro Curbelo tras abandonar el PSOE abrirían otras opciones de pacto en Canarias, donde las mayorías absolutas se dan por imposibles.