"Es el único museo público en el mundo relacionado con la obra que alberga la dualidad de poseer los fondos bibliográficos de la difusión mundial del Quijote y, a la vez, tener a su lado otra sala que albergue creaciones plásticas también relacionadas con la misma", destacó José Manuel Lucía Megías, presidente de la Asociación de Cervantistas, con respecto al Museo El Quijote en el mundo de Güímar, coordinado por José Felipe García.

Este estudioso de la obra del "manco de Lepanto" visitó el pasado lunes el centro museístico del instituto Mencey Acaymo, que atesora más de cuatrocientas ediciones del Quijote en más de ochenta idiomas y dialectos. También impartió dos conferencias, una con coloquio, sobre la lectura de "El Quijote", de Miguel de Cervantes (Alcalá de Henares, 1547-Madrid, 1616), primera novela moderna y la más traducida y editada tras la Biblia.

En la charla impartida a los estudiantes hizo hincapié en "la universalidad de El Quijote y porqué todavía, cuatrocientos años después, esta obra se tiene que leer y sigue dando muchas respuestas a muchas preguntas", comentó.

En el encuentro-coloquio que mantuvo con el público en general se centró en la pervivencia de esta obra literaria universal y "todo lo que ha sido la búsqueda de los huesos y sus restos, y la importancia de que el año que viene celebremos los cuatrocientos años de su muerte y recordar qué es lo que sabemos de Cervantes".

Lucía Megías, catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid, se mostró muy crítico con la campaña desplegada con motivo de las excavaciones realizadas en el Convento de las Trinitarias Descalzas de Madrid para localizar los huesos de Cervantes.

"Nos ha dejado una sensación agridulce. Dulce porque en un momento dado se haya hecho un esfuerzo por saber sobre ese aspecto que lo teníamos todavía sin descifrar completamente. Agria porque no hay un plan de seguimiento y qué hacer con algo que se sabía, que los huesos fueron enterrados en el corazón del Barrio de las Letras, que debería convertirse en un gran centro cultural de Madrid aprovechando esas circunstancias (...). Nos hemos ofrecido para apoyar y el ayuntamiento nos ha dado largas. Se podría rehabilitar el Barrio de las Letras y convertirlo en un centro de la literatura del Siglo de Oro con la figura de Cervantes, Lope y Calderón, entre otros".

A pesar de estos inconvenientes, el representante de los más de cuatrocientos cervantistas diseminados por el mundo incidió en las muchas bondades que encierra "El Quijote", cuya lectura aconseja a quien se le ponga delante. "Es un libro lleno de valores que se van superponiendo en cada época, y cada lector vamos encontrando las demandas de nuestra época, de tal manera que cuando lees El Quijote no estás leyendo un texto de hace cuatrocientos años, sino que todavía sigue siendo muy actual, donde hay un Quijote que es capaz de dejar la comodidad de su tierra para intentar hacer un poquito mejor el mundo a los demás".

Este experto también incidió en la idea de que "El Quijote" tiene dos grandes aportaciones. "Una literaria. A fin de cuentas es el que pone las bases de la novela moderna y es el que nos hace ver que se puede escribir de una manera diferente. Todavía hoy sigue sorprendiendo su calidad literaria, a pesar de haber pasado cuatrocientos años. También tiene esos valores de generosidad, liberalidad, el valor de pensar en el otro antes que en uno mismo, el valor de la libertad. Son valores tan universales que, al final, encuentra una forma muy concreta en unos personajes como don Quijote y Sancho Panza. Es lo que hace que todavía sea una obra tan actual".

La magna obra del novelista, poeta, dramaturgo y soldado madrileño Miguel de Cervantes, cuya primera parte fue editada en 1605 con el título "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha", y la segunda en 1615, como "El ingenioso caballero Don Quijote de La Mancha", ha sido traducida a más de ciento cuarenta y cinco lenguas en todo el mundo.

"En realidad lo que tiene de fascinante El Quijote es que, por un lado, es una obra muy de su tiempo y seguramente lo que quería hacer, sobre todo en la primera parte, es un libro de éxito para conseguir ventas y una cierta situación de fama en el mundo literario de la época".

Al mismo tiempo, añadió "es una obra que está llena de todas sus vivencias en Argel, en un mundo tan dispar como es el Siglo de Oro que lo hace tan rico. Y además, en cada época, ponerlo de una manera diferente sin tergiversar lo que es el original o las primeras intenciones de Cervantes. Lo que está claro es que es tan genial que realmente hace que estemos cuatrocientos años hablando de él".

Por último, el presidente de la Asociación de Cervantistas, que se deshizo en halagos hacia el museo de Güímar, al que espera se apoye desde todas las instituciones por ser un centro ya reconocido entre los cervantistas, señaló que "realmente, donde Cervantes deja correr toda su imaginación es en la segunda parte. Su mejor forma de escritor, está ya al final de su vida, es la que hace que sea la obra más genial escrita durante el Siglo de Oro".