Los discapacitados físicos sentaron ayer en silla de ruedas a una parte de los políticos más influyentes de la Isla. La idea era que sufrieran durante al menos una hora los problemas de accesibilidad a los que las personas con movilidad reducida se enfrentan cada día de toda su vida.

El recorrido se inició en el puerto de Santa Cruz de La Palma. En las sillas se sentaron desde el presidente insular, Anselmo Pestana, hasta el alcalde de la capital, Juan José Cabrera Guelmes, pasando por Guadalupe González, Sergio Matos, Maeve San Juan, representantes de los partidos emergentes ... "Queremos que los que entren ahora a gobernar o estén en la oposición conozcan de primera mano cómo una persona con discapacidad se debe desenvolver por la ciudad", señaló Miguel Ángel Rodríguez, presidente del colectivo organizador del evento.

Y sufrieron. La salida del puerto se hizo sin sobresaltos. Sí, el muelle favorece la accesibilidad. Sin embargo, tras abandonar el recinto se produjeron los primeros inconvenientes. Pestana reconoció, mientras bajaba con dificultad de la acera por una rampa diseñada supuestamente para sillas de ruedas, que "esto hay que mejorarlo. Con una pequeña actuación se debe rebajar el pequeño escalón hasta el paso de peatones".

Al presidente, con las piernas atadas como el resto de políticos, se le vio viviendo con intensidad la ruta, hasta el punto de exigir que pusieran a las puertas del Palacio de Salazar la estructura que permite dar accesibilidad al edificio para las personas con movilidad reducida: "¿Para qué la tenemos si no la ponemos?...", le preguntó directamente a la consejera de Acción Social, Jovita Monterrey. "Diles (al personal) que la pongan", reclamó.

Mientras, Juan José Cabrera inició el recorrido bastante "suelto", manejaba con soltura la silla de ruedas, no sin reconocer que "hay cosas que se pueden mejorar sin una gran inversión". Lo pensó tras tener serias dificultades para subir por una rampa: "¡No me empujes!, que la idea es pasar por lo que pasen ellos...", le espetó a un acompañante.

González Taño, por su parte, tuvo más dificultades para desplazarse: "Me dieron la silla de ruedas en peor estado", aunque le puso empeño. Es más, fue de los pocos representantes políticos (la mayoría se fueron antes "por compromisos de agenda") que acabó todo el recorrido a las principales calles de Santa Cruz de La Palma hasta la plaza de España.

"Tenemos que comenzar a construir ciudades amables, donde todos podamos disfrutar en las mismas condiciones", señaló Miguel Ángel Rodríguez, quien recordó que "no somos solo las personas con movilidad reducida de la Isla sino también los cruceristas con discapacidad que llegan a Santa Cruz de La Palma y tienen serias dificultades para moverse por la ciudad".