Cumple 70 años hoy, 9 de mayo. No lo celebrará cuidando nietos en su vivienda ni echando migas de pan a las palomas sentado en el banco del pueblo. Eso es para otra gente. Gregorio Ascacíbar Soriano es de otra pasta y este día estará a cientos de kilómetros de su terruño corriendo la ultramaratón de la Transvulcania.

Es cierto que no es Kilian ni Dakota, tampoco está en el grupo de los elegidos para ser el ganador de la prueba, pero es un ejemplo con mayúsculas. Con siete décadas a sus espaldas, saldrá del faro de Fuencaliente, llegará a las Deseadas, alcanzará el Roque de los Muchachos tras pasar por el refugio de El Pilar y buscará la meta en el "corazón" de Los Llanos de Aridane para auto regalarse más de 73 kilómetros de montaña.

Pero cómo se puede afrontar una aventura de tal magnitud con 70 años. El protagonista lo tiene claro: "primero te tiene que gustar y luego hay que tener un poco de buena suerte para no sufrir muchas lesiones, entrenar, cuidarse un poco y tener fuerza de voluntad". Eso sí, advierte de que "para este tipo de pruebas hay que ir bien entrenado. No se puede ir a lo que Dios quiera o a lo que salga. Tengo la máxima de que tienes que estar entrenado antes de correr una prueba tan dura. A mi me gusta sufrir lo justo para disfrutar de la carrera, aunque también hay que saber sufrir para superar los malos momentos por las altas temperaturas o en las cuestas muy largas".

¿Por qué la Transvulcania? "Es el mejor día para hacerla", sentencia Ascacíbar. Y es que "hace dos años estuve en la Transgrancanaria y hacía ya tiempo que la Transvulcania me resultaba muy atractiva, lo que ocurre es que por unas cosas o por otras no he podido ir. Este año su celebración, el 9 de mayo, coincide con el día en el que cumplo 70 años y me dije que de esta vez no podía pasar. Estoy apuntado desde el pasado verano para no dar marcha atrás".

Sabe que será la persona de mayor edad que esté en la línea de salida, una circunstancia que la lleva con naturalidad, ya que "llevo unos cuantos años siendo casi siempre el participante más viejo en este tipo de pruebas".

Gregorio Ascacíbar entrena muy duro. Que aún siga compitiendo no es fruto de la casualidad. La montaña exige trabajo y perseverancia: "hay semanas que entre correr y andar a ritmo por el monte, pues igual hago unos 130 ó 140 kilómetros a la semana. Depende de las semanas. Si el fin de semana tengo una carrera dura, por ejemplo, pues bajo un poco las horas de entrenamiento. 80 ó 100 kilómetros casi todas las semanas sí que hago".

Al ser cuestionado por su objetivo, por si se conforma con solo llegar o si, por el contrario, tiene en mente un tiempo para llegar a meta, el veterano corredor, un ejemplo para todos, duda. Su experiencia le dice que no es suficiente con ver el perfil de la prueba para hacer un calculo real de las horas que estará en las montañas de La Palma. Hace hincapié en que "depende de cómo sea el terreno. He mirado el desnivel y eso, pero hay que ver si los caminos son muy abruptos y si hay que ir con mucho cuidado para no tropezar, la superficie...". De todas formas, "creo que entorno a doce horas puedo hacerla".

Ascacíbar es consciente de que la ultramaratón palmera tiene una proyección internacional y que resulta atractiva para los amantes de las carreras de montaña. A propósito, destacó que "hay carreras que nacen con esa suerte, con esa gracia, la gente se vuelca en ellas... la Transvulcania es una de ellas. La luminosidad de la isla me imagino que también atrae mucho. Además, personalmente me gustan mucho las Islas Canarias. Ya sé también que hay otra carrera en Tenerife y en El Hierro, las tengo en mente".