Transvulcania se inicia hoy a las seis de la mañana en Fuencaliente y finaliza con la entrada del último corredor, cerca de las once de la noche, en Los Llanos de Aridane. No es simplemente una prueba deportiva. Ni tan siquiera una de las mejores carreras del planeta. La ciudadanía de la Isla decidió casi desde el principio hacerla suya y ahora es uno de los acontecimientos sociales con mayor poder de convocatoria de cada año.

La prueba trae a la Isla a cientos de corredores, con familiares, desde diferentes punto del mundo. En esta edición, son 49 los países representados. Eso conlleva un incremento considerable en el nivel de ocupación de las instalaciones hoteleras, pero también salen beneficiadas las empresas que alquilan coches, los establecimientos de restauración, el transporte.... "Llega en la temporada baja de turismo y económicamente se nota, además de que sus participantes son los mejores embajadores que luego podemos tener en el exterior", reconoce el consejero de Turismo, Raúl Camacho.

Es cierto que salvo Kilian Jornet, que se encontraba preparando el ascenso al Everest, estarán todos los grandes de la montaña tanto masculinos como femeninos en las diferentes modalidades: Luis Alberto Hernando, Dakota Jones, Anna Frost, Emilie Forsber..., pero todos coinciden en que la Transvulcania es "otra cosa" por el apoyo del público.

A las seis de la mañana, Fuencaliente es una fiesta. El pueblo se vuelca cada año para ver pasar a los aventureros, aquellos que harán más de 73 kilómetros. A media mañana, en el refugio de El Pilar, donde acaba la media maratón, ya no habrá espacio para más gente. Los "supervivientes" deberán aún subir al Roque de los Muchachos para realizar un descenso vertiginoso hasta el Puerto de Tazacorte, meta de la maratón y donde miles de personas acuden a lo largo del día.

Los participantes en la ultramaratón aún tendrán que subir por el barranco en busca de la meta en Los Llanos. El que gane tardará menos de 7 horas. El público espera hasta que llegue el último.