El secretario general de la patronal tinerfeña desde 1998 (y que aspira a seguir en el cargo más tiempo sin fecha definida de salida) nació en Santa Cruz de Tenerife en 1960. Le encanta cocinar -fue crítico gastronómico y catador de vino- y se confiesa sibarita de la gastronomía. "El cuerpito me delata", bromea. Se lleva bien con las nuevas tecnologías y, en particular, le gusta Facebook. No suelta prenda sobre a quién votará en las autonómicas ni las generales, pero deja claro que Podemos y Ciudadanos son producto de la crisis y ocupan el espacio de los "antisistemas" de izquierda y derecha que piensan que hay que desmontarlo todo para volver a construirlo, un mensaje que "no cuela". Urge al próximo gobierno canario a restablecer las relaciones con el Estado y que, a diferencia del actual, desbloquee las inversiones públicas. "Ahora hay una sequía inaudita de obras públicas en las Islas", lamenta.

La UE felicita a España por lo bien que lo está haciendo y a continuación, pide la cuarta reforma laboral. ¿Tiene sentido eso?

La media de los datos macroeconómicos hablan de un crecimiento, pero todavía hay sectores que no arrancan. Hubo un crecimiento de las exportaciones el año pasado y ahora se recupera el consumo interno, pero muy vinculado al turismo, la hostelería y algo de servicio.

Pero los sindicatos criticaron que solo había quedado fuera de las reformas laborales anteriores el derecho de pernada. ¿Qué es lo que debe abordarse ahora para crecer más y generar empleo?

Esa frase fue desafortunada, es peyorativa y genera solo ansiedad. Los empresarios hacemos una labor clara que implica crear empleo, socialmente deberíamos tener más respeto que el que tenemos, pero es cierto que ciertas personas se escudaron en la imagen empresarial y han hecho un daño social. La reforma laboral tiene un grave problema en tanto que no funciona porque los tribunales se la están cargando, incluso en el TS echan para atrás gran parte. Hay que mejorarla porque cualquier reforma debe llevar garantía y seguridad jurídica, que ahora es nula.

¿Se puede lograr eso en pleno clima electoral?

La reforma electoral no tiene nada que ver con las elecciones. Tiene que surgir del diálogo. Hay que ser valiente en política, no solo vender lo que se quiere oír, sino también lo que hay que hacer, y eso es poner la empresa en disposición de ser competitiva y crear empleo.

¿A quién benefician y a quién perjudican los recortes en el estado de bienestar?

El estado de bienestar en España cuesta cerca de 200.000 millones de euros de los 340.000 de los presupuestos nacionales. Es una barbaridad en términos de porcentaje (equivale a casi el 60%). En Canarias, el 70% de las cuentas públicas van a políticas de bienestar. De los 200.000 millones nacionales, 110.000 van a pensiones; 45.000, a prestaciones por desempleo, y 40.000, a intereses de la deuda. Ahora hay una bonanza, pero los empresarios tenemos la impresión de que Canarias es la gran olvidada. Hay una sequía de obra pública en las Islas que no se había dado en la vida, y eso creciendo al 2,5%. Es muy difícil que la recuperación la lleven solo trabajadores y empresarios porque en España trabaja solo una de cada tres personas, lo que es insostenible y origina una gran presión fiscal. La clase media, con ingresos de unos 70.000 euros anuales, soporta una fiscalidad excesiva que la lleva a ahorrar en vez de gastar porque le preocupa la ausencia de medidas eficaces ante la economía sumergida o el control del exceso de gasto.

¿Es sincero el discurso de la recuperación o se debe a las múltiples elecciones que hay este año?

Sí la hay, no hay duda, pero no volveremos en el medio plazo a los niveles previos a la crisis en ingresos y rentas familiares. Las empresas tampoco, lo que no significa que no haya recuperación. Todavía hay 150.000 parados más que antes de la crisis y esa gente no dirá que hay una recuperación en curso, o los antiguos empleados de la construcción que ganaban 4.000 euros al mes y ahora, con suerte, trabajan por menos de 1.000, pero crecemos al 2,5% anual, y si se crece es que hay recuperación.

¿Y se puede hablar de recuperación con una creciente desigualdad?

La falta de cohesión social es uno de los grandes traumas de cualquier país, hay que estrechar esa brecha. Pero hay quien propone lograrlo con salarios garantizados se trabaje o no, o con compensaciones insostenibles. Algunos hacemos un excesivo esfuerzo fiscal y no sé si solidaridad es pagar más o tener la posibilidad de ganar más para generar más empleo y que así se distribuyan más los ingresos a fin de mantener el estado de bienestar y la cohesión social. Estoy más con lo segundo.

¿Es Alemania un referente válido para España cuando los "minijobs" la ponen a la cabeza europea en desigualdad regional y social?

Si tuvieras un sueldo de 500 euros y tuvieras la oportunidad de completarlo con otro de 300, ¿te gustaría tenerlo o solo te planteas entre uno de 800 y ninguno? Es de los países más ricos de Europa y del mundo, algo hará bien con los "minijobs".

Riqueza que va con mucha desigualdad...

Tiene un estado de bienestar distinto al español y tiene otro nivel salarial que responde a un modelo industrial. Lo que hay que hacer es copiar lo mejor de ellos, y de otras sociedades.

Los sindicatos critican a la patronal que prometa más empleo con la mejora de una productividad que pasa por bajar los sueldos cuando Canarias es, al mismo tiempo, la región de salarios más bajos y más paro.

Vivimos donde vivimos. Hace 15 años, las flores vivas era una de las actividades que más exportaba, pero hoy casi ninguna empresa lo hace. Se establecieron en Senegal porque el coste del personal es ínfimo. Bajo ningún concepto queremos llegar a niveles salariales africanos, ¿pero cómo se recupera la actividad cuando los beneficios económicos y fiscales son insuficientes? El sector es irrecuperable. Si el tejido empresarial canario es de bajo nivel añadido porque no es tecnológico ni industrial, es difícil que crezcan los sueldos. No cobra lo mismo un ingeniero que el que coloca baldosas. Los sindicatos deben darse cuenta de que el discurso de finales de los 70 de reivindicación de salarios más altos se acabó. Los salarios deben estar vinculados a la productividad empresarial y tiene que haber un diálogo fluido. Debe haber una representación clara de los trabajadores: no pude haber negociaciones colectivas o de empresa donde los sindicatos digan una cosa y los trabajadores, otra. En el ámbito canario hay sindicatos con serios problemas de representación. Algunas veces, hay gente de los sindicatos o de las empresas que quiere sentarse en las mesas de negociación sin estar capacitados o sin la representación suficiente y se bloquean las conversaciones. Hemos tenido algunos disparos a la línea de flotación empresarial por parte de sindicatos que se han atrevido a lanzar acusaciones contra el turismo y han querido imponer una contratación mínima, lo que contradice su propia filosofía de diálogo social.

Lo critican cuando afirman que hay menos empleo que antes de la crisis pese al "boom" reciente y que el nuevo es precario.

No tienen razón. El turismo y los servicios antes de la crisis estaban sobredimensionados, no lo discute nadie, pero el problema no está en eso, sino en que ambos son los únicos que generan empleo, unos 20.000 al año. Hay nuevas formas de contratación más flexibles y hay que adaptar eso a la negociación colectiva. No se puede tener 200 personas todo el año cuando hay periodos que se necesitan 40 y luego 300. Por eso pedimos en la parte económica del REF que, al igual que Baleares, en temporada baja las cotizaciones a la Seguridad Social sean más bajas a cambio de mantener los puestos.

¿Cómo ve la situación de CCOO Canarias?

No nos metemos en la casa de nadie. Lo que pedimos es estabilidad institucional y que se arregle pronto, que no haya problemas a la hora de firmar convenios colectivos como el de hostelería, que no negocie uno y luego llegue otro y se pierda lo avanzado. Con los anteriores y los actuales podemos llegar a acuerdos.

¿Debe abrir más el grifo de la obra pública el Gobierno regional?

Canarias destinó hasta 1.000 millones a obras públicas hasta 2008, y ahora son 100 millones. Tuvimos una reunión reciente con ingenieros que nos advirtieron que si en dos años no se empieza a hacer mantenimiento de las carreteras, en Tenerife va haber graves problemas de seguridad, especialmente en las autopistas. Nos llamó mucho la atención porque pensábamos que el servicio de mantenimiento se estaba dando, pero no es así. Las administraciones públicas eligieron entre mantener el estado de bienestar y las inversiones, pero sin obra pública va a ser muy lenta la recuperación del empleo. Además, la mayoría de la obra pública en Canarias la financia el Estado a través de los planes de inversión, pero la interlocución Canarias-Estado está bloqueada y no hay manera de destrabar la inversión porque las relaciones están muertas. Hay que recuperarla la relación para recuperar la inversión y un tratamiento adecuado de Canarias en los presupuestos. Somos parte de UE y de España y no nos pueden privar de nuestra parte alícuota, pero tenemos la percepción de que eso no es así.

¿Es por la mala relación de Paulino Rivero y José Manuel Soria?

No. Es un problema de Canarias-Estado. Rivero habló con Soria, con Rajoy y más ministros, pero no hubo solución. No quiero pensar que detrás de todo esto hay una sola persona.

¿Habrá REF económico antes de 2016 pese a las elecciones autonómicas y las generales?

Es lo que deseamos, pero no confundimos deseo con realidad. Es un tema de responsabilidad. Dotar un REF fiscal con unos incentivos potentes y una ZEC que atrae inversiones sin armas económicas para dinamizarlo es como tener un Porsche sin gasolina.

¿Qué piensa de Ciudadanos y Podemos?

Son fruto de la crisis. Hay gente que estima que la solución pasa por cambiarlo todo. Esos partidos han ocupado dos espacios: el de los antisistema de derecha y los de izquierda, pero a medida que desgranan los programas, las diferencias con los partidos tradicionales no son tantas.

¿Esos "antisistemas" podrían haber surgido sin una cúpula política y empresarial salpicada de escándalos de corrupción?

Hay un espacio para la demagogia que conviene a cada uno. Una cosa es hablar y otra, hacer un programa. La realidad va de dinero. El Estado tiene 350.000 millones, y Canarias, 7.000 millones. ¿Qué van a hacer con eso? Destruirlo todo para reconstruir en plan salvador no cuela. Los cambios no se pueden imponer, debe haber diálogo.

¿Qué debe hacer la universidad para acercar la formación a las necesidades del mercado laboral?

Oírnos. No nos sentimos arropados bajo ningún concepto por la ULL. De hecho, sus criterios van en contra de lo que defendemos, como el puerto de Granadilla, el medio ambiente, el territorio y hasta el REF. Es válido que haya diferencias, pero se debe dialogar más. Veremos quién sale de rector y con qué talante. Sobre todo, quién presidirá el Consejo Social de la ULL, único nexo que queda entre empresa y universidad. En el de la ULPGC tienen un presidente cercano al mundo empresarial y todo es más fácil. Aquí esto da más problemas de lo que quisiéramos.