"La solución definitiva está muy clara: una inversión pública para sacar las tanquillas del interior de las jardines a la calle. Mientras tanto, para paliar la salida a la superficie de las aguas fecales no deberían tardar tres meses, como la última vez, en mandar la bomba para drenar". Lo aseguran los vecinos de una zona del barrio de Tío Pino, en Ofra-Costa Sur, quienes sentencian: "Llevamos con el problema 50 años; desde que entregaron las viviendas (1965)".

Nieves, Paula, Alicia, Pilar, Elena... Residentes de los bloques 1 y 2 de la calle Bailén, con su particular batalla. Coincide el nombre con la de la Guerra de la Independencia y también las aguerridas tropas que ellas representan. Mayores sí, pero luchadoras. "Esto lo generó el ayuntamiento, pero se niega a solucionarlo. Desde Emmasa dicen que no les corresponde porque está vallado pero en el catastro aparece como terreno municipal", apuntan.

Por aquí pasan las aguas fecales que llegan junto a las pluviales hasta una cercana tanqueta que recoge todas las del barrio. Allí, "es como si se trabara el sistema cuando hay picos por estar llenas las tuberías. Son más viejas y hay más gente. El agua retrocede y busca su salida por las tanquillas de los jardines y a veces por el cuarto de baño de una vecina. No hay más que oler y ver las humedades".

La alternativa a la obra es la bomba de Emmasa. "La pedimos la última vez, dicen, el 10 de febrero y vino este sábado, 9 de mayo, tres meses después. De entrada querían cobrarnos 180 euros por la primera hora y 170 por la segunda. Nos negamos, aunque alguien ha hecho ya obras por necesidad".

Tampoco han encontrado eco en la Consejería de Sanidad, la OMIC o el distrito. "Hemos presentado múltiples escritos, incluidas las firmas recogidas, pero no nos dan una solución", concluyen.

Solucionado el problema en La Ladera de San Andrés

Emmasa solucionó entre el pasado lunes y ayer el problema de la falta de presión en el agua del grifo que había ocasionado un serio trastorno a los vecinos de La Ladera de San Andrés. Operarios de la empresa culminaron la obra de los 20 metros de tubería necesarios para conectar la motobomba que eleva el agua desde el depósito hasta las últimas casas, a partir de la calle Cutter, de esta zona del barrio marinero. Los vecinos estaban ayer "contentos y agradecidos" después de un calvario de veinte días.