El cónsul de Marruecos en Canarias, Ahmed Moussa, asegura que la familia de Mohamed Lamine Haidalla, fallecido el 8 de febrero en un hospital de Agadir por las agresiones sufridas en una reyerta ocurrida en una calle de El Aaiún el 31 de enero, "rechazó recuperar los restos mortales del difunto".

Por este motivo, el cadáver del fallecido, de 21 años, fue enterrado por orden judicial el 22 de febrero en el cementerio de El Aaiún.

De esta forma, Moussa ha mostrado hoy, en declaraciones a Efe, su "asombro" ante la huelga de hambre indefinida que la madre del fallecido, Tabkar Haddi, que reside en Tenerife desde hace diez años, inició ayer ante la sede del Consulado, en Las Palmas de Gran Canaria, para reclamar el cadáver de su hijo.

Haddi ofreció este jueves una rueda de prensa en Tenerife acompañada por su actual marido, Salaha Larosi, y por miembros de la Plataforma de Apoyo al Pueblo Saharaui para anunciar su huelga de hambre y denunciar las irregularidades policiales y sanitarias que, a su juicio, se cometieron tras la reyerta que costó la vida a uno de sus tres hijos.

Tras conocer el testimonio de Tabkar Haddi, el cónsul de Marruecos en Canarias, que hoy ha difundido un comunicado para manifestar su versión de los hechos, ha asegurado a Efe que "esta ciudadana marroquí de origen saharaui nacida en El Aaiún está inscrita en el consulado".

Mousa se ha preguntado por qué no ha ido a verle para exponerle sus quejas, que él hubiera trasmitido a las autoridades competentes para que siguieran la vía que la ley estipula en estos casos y ha estimado que "la están usando políticamente".

Para el cónsul de Marruecos en Canarias, se trata de "un caso judicial muy claro: hay una pelea entre tres personas, una resulta herida y se le lleva al hospital, donde muere. Los agredidos son detenidos y llevados ante el juez, que ordena su ingreso en prisión en El Aaiún, donde siguen en espera de juicio.

Moussa asegura que el hospital de Agadir donde murió el hijo de Tabkar Haddi hizo un informe sobre las causas de la muerte del chico, de 21 años, y lo puso a disposición de las autoridades judiciales competentes, que fueron las que ordenaron al centro sanitario que entregaran el cuerpo del difunto a su familia, que mostró su "rechazo a recuperar dichos restos mortales".

Por ello, se ordenó al hospital que entregara el cadáver a las autoridades de El Aaiún para su entierro, que tuvo lugar el 22 de febrero, afirma el Consulado de Marruecos en Canarias en su comunicado.

La institución que representa a la administración marroquí en Canarias afirma que las declaraciones públicas que ha hecho sobre este caso Tabkar Haddi "no son conformes a la realidad" y subraya que "nada impide a esta ciudadana marroquí viajar a El Aaiún para presentar todas las denuncias que estime necesarias contra cualquier parte implicada en este asunto de derecho común".